"Soy el Presidente de la República y creo que me caí del tren".
Esta fue la frase que escuchó André Rabeau esa calurosa noche del 23 de mayo de 1920, de quien pensó era otro de los habituales borrachines que solía ver de madrugada en su turno de guardia ferroviario en el poblado de Mignerette, en Loiret. Lo que le llamó la atención de este hombre, fue que estaba en pijama y que tenía algunas magulladuras en la cara. Cumpliendo con su labor y en un acto de solidaridad, llevó al pobre vagabundo a la casa más cercana de la estación para que le limpiaran las heridas y preguntar si era algún conocido de la zona.
Esta fue la frase que escuchó André Rabeau esa calurosa noche del 23 de mayo de 1920, de quien pensó era otro de los habituales borrachines que solía ver de madrugada en su turno de guardia ferroviario en el poblado de Mignerette, en Loiret. Lo que le llamó la atención de este hombre, fue que estaba en pijama y que tenía algunas magulladuras en la cara. Cumpliendo con su labor y en un acto de solidaridad, llevó al pobre vagabundo a la casa más cercana de la estación para que le limpiaran las heridas y preguntar si era algún conocido de la zona.
Paul Deschanel fue elegido Presidente de la República Francesa el 18 de febrero de 1920, a la edad de 65 años. Era reconocido como un hombre de letras inteligente y culto, un destacado miembro de la Academia Francesa desde 1899. Sus discursos eran siempre memorables y su gran elocuencia era comentada por la prensa de la época, sin embargo parece que su carácter no fue capaz de soportar la carga y responsabilidad que pesaba sobre sus hombros, porque muy pronto aparecieron síntomas de fatiga mental y comportamiento irregular. El presidente francés empezó a ser víctima de continuos ataques de ansiedad e insomnio, lo que lo llevó a consumir una gran cantidad de medicamentos.
El 23 de mayo de 1920, Paul Deschanel y su comitiva tomaron un tren -a eso de las 23:00 horas- en la localidad de Montbrison (ciudad en la que acababa de develar un busto). Aquella noche de verano el calor era sofocante y el presidente Deschanel empezó a sentirse mal, por lo que se dice abrió la ventana de su compartimento para recibir aire fresco, y así sin más, cayó del tren en pijama.
Afortunadamente el tren no iba a gran velocidad –se deduce que a no más de 50 Km/h- por lo que su cuerpo no fue víctima de lesiones, salvo algunos raspones y moretones. Otra de las cosas increíbles del suceso es que nadie de su comitiva se había dado cuenta que ya no iba en el tren tan ilustre pasajero. No fue sino hasta la mañana siguiente del 24 de mayo, en la parada oficial en Montargis, donde la comitiva y la gente que se agolpaba para darle la bienvenida, esperaba en vano que el presidente saliera de su camarote.Pero volvamos a aquella noche a la estación ferroviaria de Mignerette. El guardia nocturno André Rabeau ayudaba a un vagabundo que hablaba incoherencias y decía ser "le président de La France". Lo llevó hasta la casa más cercana, a la de la familia Dariot, donde se ofrecieron a prestarle ayuda. Mientras la señora le limpiaba las heridas, pudo fijarse en sus pies descalzos e hizo la siguiente observación: "Esos pies bien cuidados no son los de un vagabundo, este hombre es alguien importante". Fue en ese momento que el marido dejó de leer su peródico y reconoció en el rostro de aquel hombre al presidente de la república. Está por demás decir que salió despavorido a buscar ayuda en el puesto policial más cercano.
Al enterarse los periódicos del tragicómico suceso, obviamente hicieron su agosto. Se publicaron decenas de caricaturas poniendo al Presidente en ridículo, y hasta era común escuchar en la radio y en los pequeños cafetines (en los que ya vagaba Hemingway) a músicos y poetas mofándose de la anécdota.
Finalmente y después de algunos embarazosos contratiempos (sonambulismo y fatiga extrema entre otros), Paul Deschanel demostró que aún le sobraba un poco de lucidez y dimitió como Presidente de la República el 21 de septiembre del mismo año, a los siete meses de haber asumido el cargo.
Se le atribuyeron también otros incidentes bochornosos como el de nadar con los patos en los estanques de los Parques Elíseos, o de firmar ciertos documentos con la rúbrica de Napoleón, pero al parecer estos últimos fueron resultado de una campaña de desprestigio orquestada por sus adversarios políticos, ya que no existen suficientes pruebas al respecto.
Al día siguiente de presentar su renuncia, Paul Deschanel se retiró a un hogar de reposo, y una vez "liberado" de la Presidencia de la República, su condición empezó a mejorar rápidamente, tanto así que se presentó a las siguientes comicios y fue elegido nuevamente como Senador de Eure-et-Loir el 9 enero 1921. También presidió la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado. Lastimosamente esta segunda etapa política tampoco la pudo culminar porque murió víctima de una pleuritis el 28 abril 1922. De todas formas esta nueva incursión le sirvió para limpiar su imagen porque la llevó de una forma mucho más consistente, decorosa que la primera.
Fuentes y referencias:
1, 2, 3, 4, 5
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2 comentarios:
Jajaja. No me extraña, Carlos, que el dueño de casa huyera despavorido en busca de ayuda, al ver que su "huésped" era el Presidente.
Un abrazo.
Vaya historia...Caerse del tren y nadie se da cuenta...
Lo que hace la presidencia de un país en algunos
Saludos
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