Después de la Segunda Guerra Mundial, las ligas de fútbol de los campeonatos europeos se normalizaron y hubo algunas como la italiana que volvieron a mostrar aquel esplendor que siempre caracterizó al calcio en las competencias continentales.
Uno de estos equipos era el Torino A.C. que por esa década estaba viviendo uno de sus más grandes momentos de gloria, ya que durante el período de 1942 hasta 1949 (1944 y 1945 no se jugaron debido a la guerra) fue campeón de la liga italiana durante cinco años consecutivos, época en la que se lo consideró el equipo más poderoso del mundo y que se daba el lujo de tener a 10 de los 11 jugadores titulares de la selección italiana en sus filas. Fue desde esa época que el equipo se ganó el apodo de “Gran Torino”.
Uno de estos equipos era el Torino A.C. que por esa década estaba viviendo uno de sus más grandes momentos de gloria, ya que durante el período de 1942 hasta 1949 (1944 y 1945 no se jugaron debido a la guerra) fue campeón de la liga italiana durante cinco años consecutivos, época en la que se lo consideró el equipo más poderoso del mundo y que se daba el lujo de tener a 10 de los 11 jugadores titulares de la selección italiana en sus filas. Fue desde esa época que el equipo se ganó el apodo de “Gran Torino”.
La fama de este equipazo trascendió las fronteras y sus jugadores eran reconocidos y admirados a nivel mundial. El Torino A.C. se había ganado ese prestigio a base de contundentes triunfos en el calcio italiano, que precisamente fue la vitrina para empezar a ser invitado a jugar partidos amistosos en varios países europeos, por los cuales obviamente le pagaban grandes sumas de dinero.
Uno de esos viajes patrocinados llevó al equipo italiano hasta Portugal, para jugar un partido contra el Benfica de Lisboa. El motivo del encuentro era la despedida del gran capitán lisboeta José Ferreira.
Uno de esos viajes patrocinados llevó al equipo italiano hasta Portugal, para jugar un partido contra el Benfica de Lisboa. El motivo del encuentro era la despedida del gran capitán lisboeta José Ferreira.
Terminado el partido iniciaron el viaje de regreso en un avión Fiat G212CP de las aerolíneas italianas, era el 4 de mayo de 1949. Este vuelo chárter llevaba a la plantilla de 18 jugadores de la escuadra del Torino, y a otras 15 personas entre cuerpo técnico, dirigentes y periodistas.
Las crónicas de la época relatan que una gran tormenta azotaba Turín, precisamente cuando la aeronave hacía su aproximación hacia la ciudad. Esa tormenta, la densa nubosidad y la escasa visibilidad fueron los ingredientes de la más grande tragedia que ha sufrido el fútbol italiano.
Las crónicas de la época relatan que una gran tormenta azotaba Turín, precisamente cuando la aeronave hacía su aproximación hacia la ciudad. Esa tormenta, la densa nubosidad y la escasa visibilidad fueron los ingredientes de la más grande tragedia que ha sufrido el fútbol italiano.
El avión ya había iniciado su descenso hacia el aeropuerto, pero el piloto no se dio cuenta que estaba sobrevolando demasiado bajo y terminó estrellándose contra una de las paredes de la Basílica de Superga ubicada en las afueras de la ciudad. Un total de 31 personas perecieron en el accidente, y el siniestro fue de tal magnitud, que para identificar los cadáveres de los jugadores de fútbol fue llamado entre otros el director técnico de la selección italiana Vittorio Pozzo, que conocía muy bien a los integrantes del Torino.
El día del funeral, más de medio millón de personas se dieron cita en la plaza principal de Turín para ofrecer el último adiós al equipo de la ciudad. Fue una situación tan traumática en aquella época, que al año siguiente, el diezmado seleccionado italiano viajó al Mundial de Brasil en barco, se negaron a ir en avión.
Al momento del accidente el Torino era líder de la Serie A, faltándole tan solo 4 partidos por disputarse para acabar la Liga. Así, el club siguió jugando con el equipo de la reserva y como señal de luto y respeto, sus contrincantes en estos partidos (Genova, Palermo, Sampdoria y Fiorentina), también jugaron con sus equipos de juveniles. Al final el Torino fue proclamado campeón del torneo.
Y como siempre sucede, aquí también tenemos esas anécdotas felíces, como la del jugador que logró salvarse providencialmente, Sauro Tomá, que se perdió al viaje a Lisboa debido a una lesión. Otro que se salvó de milagro fue el excepcional jugador húngaro Ladislao Kubala, quién había sido invitado como estrella mediática al evento, y se encontraró con su mujer e hijo en la capital portuguesa. Los tres deberían haber volado en el avión que les llevaría a Italia, ya que por aquel entonces, Kubala jugaba en el Pro Patria italiano. Afortunadamente el niño se puso mal y tanto Kubala como su esposa se quedaron en Lisboa para cuidar a su hijo, librándose así de la tragedia.
Desde aquel fatídico accidente, el Torino no volvió a saborear la gloria sino hasta la temporada 1975 – 76 en la que ganó su sexto escudetto. También accedió a su única final de una competición europea en 1992, pero perdió ante el Ajax de Van Gaal la final de la Copa de la UEFA, por la regla del gol de visitante.
El Torino nunca más pudo volver a emular sus glorias pasadas, más bien se convirtió en un modesto club de media tabla para abajo, sufriendo cuatro caídas a la segunda división y una grave crisis financiera que en 2005 lo obligó a una refundación, con un breve cambio de nombre incluido (desde entonces se llama Torino Football Club). El último descenso sucedió en mayo del 2010 y desde entonces disputa el torneo de la Serie B.
El Torino nunca más pudo volver a emular sus glorias pasadas, más bien se convirtió en un modesto club de media tabla para abajo, sufriendo cuatro caídas a la segunda división y una grave crisis financiera que en 2005 lo obligó a una refundación, con un breve cambio de nombre incluido (desde entonces se llama Torino Football Club). El último descenso sucedió en mayo del 2010 y desde entonces disputa el torneo de la Serie B.
Fuentes y referencias:
1, 2, 3, 4, 5, 6
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8 comentarios:
Que tragedia.
Imagino la conmoción.
Saludos.
desolador.
Hola Carlos:
Esa tragedia que no olvidamos los aficionados al fútbol, me recuerda otras de iguales connotaciones.
En Sudamérica me vienen a la memoria las de Alianza-Lima y Green Cross de Chile (Club ya inexistente). A fines de la década de los 50 y recién contratado el astro argentino Eliseo Mouriño, sus integrantes fallecieron al volver desde la ciudad de Osorno de un partido por la Copa Chile. Mouriño ni siquiera había debutado y solamente viajó para conocer a sus compañeros.
Un abrazo.
¡Uf! que desastre.
Besitos Carlos muuuuacksssssss!!!
Si les interesa saber como influyó dicho accidente en el seleccionado italiano que tiempo después participaría del Mundial de Brasil de 1950 les dejo un enlace:
Torino y el Mundial de 1950
Saludos
Epa Carlos.
Eso es lo bueno de este blog, que uno siempre se va con un conocimiento nuevo. Fíjate que mi única referencia a EL GRAN TORINO era, además del famoso modelo de vehículo (no si si de la Ford) era la excelente película que protagonizara y dirigiera Clin...perdona que no escriba el apellido, es que me resulta un poco difícíl, el caso es que tú sabes a quien me refiero. Y te insisto, no sabía de donde venía el nombre y la dramática historia que había detrás de él
nunca dejas de sorprenderme carlitos!!
un beso grande
m
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