lunes, junio 20, 2011

Douglas Bader, el piloto que voló sin piernas

Douglas Bader es reconocido como uno de los más famosos pilotos que tuvo la Real Fuerza Aérea Británica -quizá el mejor- y su historia ha inspirado a mucha gente y de diferentes formas. Poseía muchas de las cualidades que se pueden esperar de un piloto de guerra, pero era famosa su testarudez para salir avante en situaciones difíciles, su capacidad de liderazgo y don de mando. También ha sido descrito como decidido, temerario y hasta imprudente, más aún porque carecía de ambas piernas y aún así piloteó y derribó aviones alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Aquí su historia.

Douglas Bader

Douglas Bader nació en Londres el 21 de febrero de 1910, pero debido a las actividades de su padre -ingeniero civil- pasó los primeros años de su vida en la India. Quedó huérfano a los 16 años ya que su progenitor perdió la vida combatiendo en la Primera Guerra Mundial, y eso fue algo que lo marcó para siempre. Fueron esas circunstancias y el ver a su tío que era asistente en la Escuela de Pilotos de Cranwell, lo que lo hicieron soñar desde joven con unirse a la Royal Air Force.

En 1928 ganó una beca para Cranwell y logró entrar en la Escuela del Aire para convertirse en piloto militar de la RAF. Tras graduarse en 1930, Douglas Bader fue destinado al 23º Escuadrón de Caza, que tenía como base el aeródromo de Kenley, escuadrón que para esa época estaba equipado con aviones biplanos Gloster Gamecock. Poco después, el Escuadrón cambió sus viejos aviones por unos Bristol Bulldog, más rápidos, pero a la vez menos maniobrables en condiciones de baja velocidad y baja cota de vuelo.

Bristol Bulldog, en uno de estos aviones Douglas perdió sus piernas

El lunes 14 de diciembre de 1931, Douglas Bader efectuaba un vuelo entre los aeródromos de Kenley y Woodley junto a otros dos pilotos. Durante la escala en el aeródromo de Woodley, Douglas charlaba acerca de la dificultad de las acrobacias aéreas con unos jóvenes pilotos, ya que gozaba de "cierta reputación" en las mismas. Fue ahí donde algunos pilotos le solicitaron que realice una demostración de vuelo a baja altura, a lo que Douglas respondió que tenía poca experiencia de vuelo acrobático piloteando los Bulldog, sin embargo, decidió hacerles una demostración.

Douglas efectuó la maniobra de vuelo conocida como"el tonel" y sobrevoló el aeródromo con la nave boca abajo. Desafortunadamente lo hizo a muy baja altitud y sobre todo demasiado lento. Cuando quiso volver a enderezar la nave, el ala izquierda rozó contra el suelo y el avión se estrelló convirtiéndose en un amasijo de chatarra. Las dos piernas de Douglas Bader quedaron aplastadas, la izquierda bajo el sillón de pilotaje, a la vez que su pie derecho quedó aprisionado bajo la palanca de mando del timón.

Maniobra aérea "Barrel roll" (el tonel), en la cual se accidentó

Douglas fue rescatado rápidamente de los restos del avión accidentado y fue conducido de urgencia al Royal Berkshire Hospital, donde fue puesto en manos del doctor Leonard Joyce, en esos tiempos el mejor cirujano de todo el Reino Unido. Lastimosamente le fue amputada la pierna derecha por encima de la rodilla y, pocos días más tarde, tuvieron que amputarle también la pierna izquierda 15 centímetros por debajo de la rodilla. Tras ambas operaciones, el estado de salud de Douglas empeoró drásticamente, llegándose incluso a temer por su vida.

Contra todo pronóstico, Douglas sobrevivió tanto al accidente como a las operaciones subsiguientes y, en 1932, tras una larga y dolorosa convalecencia (durante la que se hizo adicto a la morfina), fue enviado al Hospital de la Fuerza Aérea en Uxbridge. Allí se hizo amigo de los hermanos Dessoutter. Marcel Dessoutter era un antiguo ingeniero aeronáutico que había perdido también una pierna a raíz de un accidente de aviación, y ahora se dedicaba a la fabricación de prótesis de piernas hechas con aluminio, lo que para esa época era una auténtica revolución en el campo de las prótesis artificiales. Douglas Bader fue el primer cliente que necesitó comprar dos de ellas, una para cada pierna.


A pesar de los obvios inconvenientes físicos y sin desfallecer en ningún momento, Douglas se dedicó a la difícil tarea de reconstruirse, no sólo física, sino también mentalmente. Se había propuesto caminar sin ayuda de muletas y, aunque todo el mundo le decía que eso sería imposible, lo consiguió. Poco después también pudo conducir un automóvil que había sido modificado para adaptarse a sus prótesis. Volvió a jugar al golf y hasta empezó a volver a invitar a las chicas a bailar. Definitivamente había reconstruido su vida.

A pesar de las prótesis jugaba al golf y conducía su auto

Tras una revisión médica y un vuelo de prueba a bordo en un avión Avro 504 frente al Ministro del Aire del Gobierno británico, Sir Phillip Sasson, en junio de 1932, fue declarado nuevamente apto para efectuar prácticas de vuelo, pero con carácter restringido. Lastimosamente poco después, en abril de 1933, le fue informado de que había sido separado definitivamente de la Fuerza Aérea, lo que le significó un gran golpe ya que su sueño más anhelado era seguir volando. Entre lágrimas y decepcionado tuvo que abandonar su carrera y le fue asignada una pensión por invalidez total.

Una vez fuera del ejército, Douglas Bader consiguió trabajo en la Asiatic Petroleum Company, que posteriormente se convertiría en la famosa Shell. Luego en 1935 se casó con Thelma Edwards y llevaba una vida completamente normal fuera del ejército, pero íntimamente deseaba volver a su pasión, volver a volar, y aunque él no lo sabía, la oportunidad no tardaría en llegar.


Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Bader contactó a un antiguo conocido en el Ministerio del Aire y con el apoyo de su antiguo jefe, logró reingresar en la RAF tras rendir una prueba de vuelo en 1939. Y fue así que el 27 de noviembre de ese mismo año, ocho después de su accidente, Bader volvía a estar nuevamente tras los mandos de un modesto avión Avro Tudor K-324. Casi enseguida pasó a pilotear un bombardero diurno Fairey Battle, y luego un Miles Master, que eran el último escalón para que un piloto inglés pudiera pilotear los Spitfire y los famosos Hurricane.


Para febrero de 1940 Bader tenía ya 29 años de edad, mucho mayor que los pilotos novatos que le rodeaban y lo enviaron al 19º Escuadrón de Caza, en Duxford. Dos meses más tarde fue nombrado Comandante de la 222ª Escuadrilla de Caza, con la que fue enviado a cubrir a las tropas británicas mientras se retiraban de Dunkerque ante el acoso de la aviación nazi en Francia. En una de esas salidas, Douglas obtuvo su primera victoria aérea sobre un Me 109 de la Luftwaffe.

Debido a su fuerte carácter fue nombrado Jefe de una Escuadrilla de Caza canadiense que había tenido muchas bajas en la Batalla de Francia, que se encontraba afectada sicológicamente y con la moral por los suelos. El ánimo de los canadienses empeoró cuando vieron bajar del avión a su futuro comandante y se dieron cuenta que le faltaban ambas piernas, sin embargo, Douglas Bader despejó sus temores ofreciéndoles una demostración de acrobacia aérea de 30 minutos, que les dejó literalmente con la boca abierta.

Douglas con la escuadrilla de canadienses a su cargo

Después de solventar algunos problemas de logística y mejorar el estado anímico de los canadienses, Bader informó rápidamente que su nueva escuadrilla (formada por 18 aviones Hurricane) estaba lista para el combate nuevamente. Lo hizo en el momento más oportuno, puesto que estaba a punto de iniciarse la decisiva Batalla de Inglaterra, la más grande batalla aérea de todos los tiempos.

Pilotos de la Royal Air Force en alerta roja


Representación artística de la Batalla de Inglaterra

En esta batalla Bader participó desde el comienzo con la elaboración y puesta a punto de la estrategia del “Big Wing”, que consistía en hacer despegar conjuntamente varias escuadrillas de aviones de caza para enfrentar a los aviones de la Luftwaffe en su avance previo al bombardeo, de tal modo que pudiesen derribar el mayor número de naves alemanas antes de que descarguen sus bombas y desorganizar sus escuadrillas. Fue un éxito rotundo.

Escuadrones siguiendo la estrategia de Bader

Cuando concluyó la Batalla de Inglaterra, Douglas Bader recibió dos condecoraciones especiales y fue nombrado Comandante del aeródromo de Duxford.

Un dato curioso y anecdótico es que durante esta batalla, Douglas siempre estuvo preocupado por la posibilidad de ser derribado sobre el canal de la Mancha, debido a que, en caso de caer en el océano, el peso de sus prótesis podrían hacerlo hundir en el mar. Por ese motivo, para darles flotabilidad, las rellenó con pelotas de ping pong. Poco después, en la siguiente misión escuchó unos ruidos extraños y pensó que estaba siendo atacado por un avión enemigo. Sin embargo se trataba de la explosión de las pelotas de ping pong por efecto de la altura.

En marzo de 1941 dejó la escuadrilla 242 para pasar a ser Comandante del aeródromo de Tangmere, asumiendo así el mando de tres escuadrillas de naves Spitfire (las escuadrillas 145ª, 610ª y 666ª), así como una escuadrilla de Bristol Beaufighter. Durante este período diseñó y puso a punto la formación en «cuatro dedos», que consistía en hacer volar conjuntamente patrullas de cuatro aviones y que posteriormente fue copiada y ahora es utilizada por todas las fuerzas aéreas del mundo.

El 9 de agosto de 1941 Douglas sobrevolaba Francia, y tras haber derribado dos naves alemanas también fue impactado, viéndose obligado a saltar en paracaídas. Tuvo tanta mala suerte que durante la expulsión de la cabina de vuelo perdió las dos prótesis de sus piernas y para rematar, cayó en territorio ocupado por los alemanes, fue capturado y se convirtió en prisionero de guerra.

Douglas Bader en condición de prisionero rodeado de altos oficiales nazis, entre ellos el famoso "As" alemán Adolf Galland que era su admirador

Douglas era muy conocido por los nazis, de hecho ellos lo admiraban porque tenía la fama de ser uno de los mejores pilotos ingleses, es por eso que Adolf Galland, el mítico capitán y piloto de la Fuerza Aérea Alemana, envió un vehículo para que lo recoja y lo lleve a su base aérea para compartir una cena y poder charlar con él. Fue en esa inusual cena donde se puso en marcha una de las menos conocidas y más increíbles operaciones de la Segunda Guerra Mundial:
Tras ponerse de acuerdo alemanes y británicos, se dejó paso libre a un avión británico sobre cielo francés, sólo con el fin de que lanzase en paracaídas un nuevo par de prótesis para Douglas Bader. Esta fue la única ocasión en que los alemanes autorizaron a un avión británico para que sobrevolase la Francia ocupada. La operación fue un éxito y Bader recibió su nuevo par de piernas.

Un soldado alemán muestra el paquete que contenía las prótesis

Una vez puesto las prótesis y habiendo recuperado nuevamente su capacidad de movimiento, inflexible y terco como era, protagonizó su primer intento de fuga. Tras varias tentativas fallidas de evasión lo enviaron a la célebre fortaleza de Colditz, donde ya cansados de sus intentos de fuga (aunque lo admiraban), se vieron obligados a confiscarle las prótesis "porque se negó prometer no volver a fugarse".

Los alemanes miran las prótesis confiscadas a Douglas Bader

Después del Desembarco de Normandía los nazis paulatinamente iban siendo derrotados y en 1945 el ejército estadounidense avanzó triunfante hasta Colditz, donde Douglas fue liberado. Enseguida se dirigió a París y solicitó al alto mando una nave Spitfire para volver a combatir hasta el final de la guerra, sin embargo, no se le concedió la autorización porque él ya era considerado un héroe, era parte de la historia y la leyenda, y el alto mando no deseaba perder a un mito viviente. El consuelo que le quedó, fue que el 15 de septiembre de 1945 encabezó personalmente el Desfile Aéreo de la Victoria, delante de 300 aviones que sobrevolaron la ciudad de Londres.

Douglas Bader subiendo a su Spitfire al final de la guerra para encabezar el desfile aéreo del Día de la Victoria

Después de la guerra, la empresa petrolera Shell le propuso ser parte de su departamento aéreo, con derecho a su propio avión privado, y realmente no tuvo que pensarlo mucho. Douglas sabía que la Royal Air Force en época de paz sería bastante distinta a la que él había conocido durante la guerra, prácticamente sin emociones y aburrida, en consecuencia renunció voluntariamente a la fuerza aérea en febrero de 1946. Ya en su nuevo trabajo, Douglas Bader voló por todo el mundo para la Shell, y por supuesto, jugó mucho golf. En 1976 fue nombrado caballero por la Reina Isabel II.

En los años setenta, Bader y el alemán Galland. Dos grandes pilotos y antiguos adversarios intercambiando dedicatorias

Douglas Bader falleció el 5 de septiembre de 1982 debido a una crisis cardíaca, a la edad de 72 años. Su ejemplo ha inspirado a miles de personas con discapacidad en todo el mundo porque les mostró que si se puede "alcanzar el cielo" a pesar de las limitaciones.

Fuentes y referencias:
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

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7 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Esta historia es de las que me ha impresionado.
Y mira que son muchas.
Que carácter debía tener.

Saludos.

La Turca y sus viajes dijo...

Hola!!!
Migo bloguero, tienes tu premio de mejor blog Latinoamericano, la verdad que cada vez que te encuentro en la cibernética me alegro un montos, yo di un votito, jijijiji
Siempre tus historias tan interesante y que me dices de tu libro, como está saliendo……
Un abrazo de oso.

GABU dijo...

El tesón de este hombre no conocía límites!!!!

P.D.:A eso también podríamos adicionar que era lo suficientemente porfiado,eh?! ;)
jajajjjaajaja

BESITOS ADMIRATIVOS =)

Unknown dijo...

¿Gran historia, que nos demuestra que no hay límites para la voluntad humana!

Como siempre, una buena entrada más para este blog, que, si no tienes inconveniente, he indexado en el mío.

saludos
aguz22
http://los-re-medios.blogspot.com/

Colotordoc dijo...

Esta historia demuestra que quien quiere puede.

Demás esa decirte que la entrada esta estupenda

Saludos

KNB dijo...

Increíble historia de auto superación!

Lalo Paredes dijo...

Buenissimo buenissimo.... felicidades por tan interesante blog!

 
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