A través de la historia el hombre siempre ha buscado la causa de sus males y tragedias, y aunque es muy humano eso de buscar un culpable, lo que sucedió en la Unión Soviética en 1918 ya raya en el circo y la excentricidad.
Es lógico que los creyentes muchas veces achaquen a "su Dios" la culpa de todos los males, pero de ahí a que un grupo de comunistas ateos “sienten a Dios en el banquillo para juzgarlo”, parece una escena sacada de una película surrealista, pero esto realmente sucedió en Moscú.
Este acontecimiento tuvo lugar un año después de haber derrocado a los zares, el 16 de enero de 1918, cuando un Tribunal Popular, presidido por el comisario de Instrucción Pública Anatoly Lunacharsky, se declaró competente para juzgar a Dios por sus “crímenes contra la Humanidad”.
Es lógico que los creyentes muchas veces achaquen a "su Dios" la culpa de todos los males, pero de ahí a que un grupo de comunistas ateos “sienten a Dios en el banquillo para juzgarlo”, parece una escena sacada de una película surrealista, pero esto realmente sucedió en Moscú.
Este acontecimiento tuvo lugar un año después de haber derrocado a los zares, el 16 de enero de 1918, cuando un Tribunal Popular, presidido por el comisario de Instrucción Pública Anatoly Lunacharsky, se declaró competente para juzgar a Dios por sus “crímenes contra la Humanidad”.
A las 08:15 de la mañnama de aquel día se empezaron a leer los cargos que el pueblo ruso –en representación de la especie humana– formulaba contra Dios. La imputación principal contra el Todopoderoso fue: genocidio.
En el banquillo de los acusados se colocó una Biblia y los fiscales presentaron numerosas pruebas de culpabilidad basadas en testimonios históricos, mientras que los defensores designados por el estado Soviético, aportaron argumentos en favor de la inocencia de Dios. El juicio se prolongó durante cinco horas. Los abogados defensores incluso pidieron la absolución aduciendo “grave demencia y trastornos psíquicos” del acusado(!). Sin embargo, el tribunal dejó en claro desde el principio que no aceptaría una petición de absolución, debido a la extrema gravedad de los delitos juzgados.
En el banquillo de los acusados se colocó una Biblia y los fiscales presentaron numerosas pruebas de culpabilidad basadas en testimonios históricos, mientras que los defensores designados por el estado Soviético, aportaron argumentos en favor de la inocencia de Dios. El juicio se prolongó durante cinco horas. Los abogados defensores incluso pidieron la absolución aduciendo “grave demencia y trastornos psíquicos” del acusado(!). Sin embargo, el tribunal dejó en claro desde el principio que no aceptaría una petición de absolución, debido a la extrema gravedad de los delitos juzgados.
Finalmente, el Tribunal Popular declaró que Dios era culpable de los delitos que se le imputaban, y acto seguido, el presidente del Tribunal leyó la sentencia:
"Se condenaba a Dios a morir fusilado a las 6:30 horas del 17 de enero de 1918, y la sentencia no dejaba lugar para aplazamientos o apelaciones."
La pena de muerte fue ejecutada por un pelotón de fusilamiento, que disparó simbólicamente cinco ráfagas de artillería contra el cielo de Moscú.
Por supuesto que los soviéticos nunca supieron si alguna bala había dado en el blanco, o si el condenado resucitó nuevamente a los tres días…
Por supuesto que los soviéticos nunca supieron si alguna bala había dado en el blanco, o si el condenado resucitó nuevamente a los tres días…
Bueno, y para demostrarles que la estupidez es universal y no sólo patrimonio de algunos extremistas, hay un par de casos más, verdaderamente dignos de un estudio psiquiátrico.
En el 2005, un ciudadano rumano condenado a 20 años por asesinato, acusó a Dios de no protegerlo contra la tentación del diablo. Este rumano –Pavel Mircea- exigía además, una indemnización por parte de Dios, a quien acusaba de fraude y abuso de confianza, además pedía le sea devuelto el dinero gastado en servicios religiosos y velas.
Pavel Mircea no conseguió que la fiscalía admitiera su denuncia contra el Ser Supremo, pero el debate sobre si debería haber o no juicio contra Dios duró tres años y fue bautizado como “Mircea Vs. Dios”.
En el 2005, un ciudadano rumano condenado a 20 años por asesinato, acusó a Dios de no protegerlo contra la tentación del diablo. Este rumano –Pavel Mircea- exigía además, una indemnización por parte de Dios, a quien acusaba de fraude y abuso de confianza, además pedía le sea devuelto el dinero gastado en servicios religiosos y velas.
Pavel Mircea no conseguió que la fiscalía admitiera su denuncia contra el Ser Supremo, pero el debate sobre si debería haber o no juicio contra Dios duró tres años y fue bautizado como “Mircea Vs. Dios”.
En el año 2007, el senador de Nebraska, Ernie Chambers, puso en marcha otro juicio contra Dios, acusándolo de ser el causante de todas las muertes y destrucción del planeta, así como de "sembrar el terror en millones de personas sobre la tierra". Lo más inaudito de este caso, es que el juicio fue admitido en primera instancia y se le dio trámite, aunque luego fue desestimado ya que la Corte “no pudo tener acceso al acusado” por carecer de domicilio legal.
Fuentes y referencias:
1, 2, 3, 4, 5
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13 comentarios:
Lo del ciudadano rumano me preocupa relativamente porque no tiene responsabilidades políticas.
Pero lo de los otros... es tremendo.
Que unos chiflados absolutos hayan llegado al poder demuestra lo loco que está el mundo.
Saludos.
Les cuento que respecto a Lunacharski, en Kiev hasta una calle hay.
Pero bueno. ¿Recuerdan al soviético Yágoda? Él fue quien "organizó" lo de las deportaciones masivas (tragedia de Nazino) y muchas cosas más...
Precisamente antes de ser fusilado, él dijo (textual):
«Можешь написать в своём докладе Ежову, что я думаю – всё-таки Бог существует! От Сталина я не заслужил ничего, кроме благодарности; от Бога я должен был получить по заслугам. Теперь посмотри, где я: Бог есть!».
http://jewage.org/wiki/ru/Article:Помощник_аптекаря
(Puedes escribirle en tu informe a Ezhov, que yo pienso, a pesar de todo, que ¡Dios existe! De Stalin no merezco más que la gratitud; de Dios debería recibir, de acuerdo a mis actos. Ahora mira dónde estoy: ¡Dios existe!).
Yo, como Johan, creo que los fanatismos y la falta de tolerancia con la Fe de los demás, es lo que más daño ha hecho (y le hará) al mundo. Mucho más que si la gente cree en platillos voladores, vacas sagradas, íconos milagrosos o la infallibilis de la ciencia.
Por si acaso yo sí creo en mi carpintero.
;-)
Me quedo ojiplática, qué es eso de juzgar a un ser que ni se sabe si existe, con todo el respeto esta gente está zumbada, un abrazo :-)
Por dios, no sé si es estupidez o inteligencia... o ganas de perder el tiempo ajajajajajajaj
Besicos
Demuestra la estupidez humana, una vez más.
Saludos.
Con razón dicen que la realidad supera a la ficción.
Bue... que se le va hacer, sabemos que existen estupidos, pero mas lo son aquellos que lo siguen.
Carlos:Conoceras de alguien que haya juzgado al demonio.Fijo que don Satan salio absuelto!!
Lo de Ernie Chambers era ante todo para mostrar que en los EEUU las cortes deben escuchar peticiones de demandas por demás frívolas y sin sentido, es decir la idea era llamar la atención acerca de un cierto tema, no tanto demandar a Dios.
Jaajajajajajajajaja
Sì,sì,creo que me rìo de los neRRRRRRRRRvios al leer lo que cierta gente ha sido capaz de hacer!!!
P.D.:Me parece a mì ò es que acaso hoy en dìa tenemos argumentos muchìsimo màs sòlidos para juzgar a toda la junta eclesiàstica liberando a Dios de culpa y cargo alguno... ¬¬?
Insisto en pensar que cuando la gente no tiene lo que hacer la idiotez sabe perfectamente què lugar ocupar!!!
MIS BESOTES CABALLERO :)
Hola Carlos:
Lo del pelotón de fusilamiento ya parece un exceso, una burla, un despropósito ...o todo lo anterior.
Un abrazo.
Hay que entender el juicio ruso como un acto simbólico que los "liberaba" del yugo occidental-católico. Más que un juicio contra Dios, terminaba siendo un mecanismo de adoctrinamiento social sobre la posición del "super estado" por encima de cultos y deidades.
De cualquier forma es pantomima. Algo que los seres humanos hemos practicado muy bien desde hace siglos y que nos permite creernos infalibles. O al menos manipular a los demás.
Juzgar a Dios es como el berrinche del niño a su madre que no le da la leche. Es una manera llana de intentar llamar su atención...
Será por que la necesita...
Abrazo!
G.
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