domingo, julio 18, 2010

Hollister, del mito al estigma

En muchas partes del mundo todavía se mira a los grupos de motociclistas de reojo y con recelo, y en no pocas ocasiones asustan, ya que están asociados a pandillas, drogas y violencia. Como ex motociclista debo decir que no hay nada más equivocado y que la percepción e imagen que tiene la gente se basa sólo en estereotipos que formaron la prensa norteamericana y Hollywood hace más de medio siglo. Todo se remonta a un lamentable suceso ocurrido en 1947 en una pequeña población de los Estados Unidos, donde la prensa sensacionalista hizo de las suyas y donde Hollywood vio una mina de oro. Aquí la historia.

A finales de la Segunda Guerra Mundial, la pequeña ciudad de Hollister, California, tenía una población aproximada de 4.500 habitantes. Era un sitio eminentemente agrícola rodeado de vías accesibles, con facilidades para acampar, senderos de montaña y una pista de carreras de tierra en las afueras de la ciudad. Desde 1930, había sido el escenario de populares carreras de motocicletas reguladas por la Asociación de Motociclistas Americanos (AMA). A este evento asistían cientos de espectadores ya que se celebraban todos los 4 de julio y cada vez se fueron haciendo más populares entre los motociclistas. Con el tiempo las carreras fueron tan importantes para Hollister que en esa época llegaron a ser más conocidas que su feria de ganado o de rodeo. Estas carreras solamente fueron suspendidas mientras duró la Segunda Guerra Mundial. Volvieron a organizarlas nuevamente en 1947 y los comerciantes locales estaban felices, pues eso les suponía una importante fuente de ingresos y dinamizaba la economía de población.

Cuando terminó la guerra, muchos ex militares regresaron y se establecieron en California. Todos ellos gozaban de una buena pensión por haber servido en el ejército, pero se encontraron con que no tenían en que gastar su dinero. En la soleada California y con dinero extra a la mano, hubo un gran boom de compra de motocicletas clásicas tipo chopper, ya que debido a sus grandes y soleadas autopistas eran una muy buena opción recreativa.

Los "Yellow Jackets"

Estos veteranos formaron algunos pequeños clubes de motociclistas como La Liebre, Los 13 Rebeldes o los Yellow Jackets. Vestían chompas de cuero, jeans, bebían, asistían a fiestas juntos y no tenían problemas entre grupos. No había ningún sentido de territorialidad o rivalidad entre ellos.
Muy pronto el alto precio de los combustibles hizo que estos motociclistas sólo quisiera lucir sus motos dentro de la ciudad y evitar largos recorridos, por esta razón la AMA empezó organizar competencias oficiales y organizaba visitas motorizadas en caravanas a ciudades y pueblos cercanos.

Todos sabemos que el ejército no es precisamente un lugar adecuado para aprender buenos modales, es por eso que estos nuevos motociclistas eran mucho más bebedores y bulliciosos que los primeros motorizados que habían llegado a Hollister antes de la guerra.
La mañana de ese viernes 4 de julio de 1947, miles de motociclistas llegaron hasta Hollister. Habían viajado desde ciudades como San Francisco, Los Angeles y San Diego, pero hubo también pilotos que llegaron de sitios tan lejanos como Florida y Connecticut. Por la noche, la calle San Benito -la principal de Hollister-, fue literalmente invadida por las motocicletas.

Las motos no cabían en la ciudad

Con el fin de evitar que los lugareños pudieran perderse entre la multitud de foráneos, los siete hombres del Departamento de Policía de Hollister bloquearon las vías a ambos lados de la calle principal.


Al principio, los 21 bares y tabernas de Hollister dieron la bienvenida a los motociclistas con los brazos abiertos. Fue un bonito gesto, pero cuando se dieron cuenta ya fue tarde porque éstos se habían tomado todos los locales, con acera y todo. Los dueños de los bares rápidamente se dieron cuenta de que ellos no necesitaban que los inviten a pasar, así que siguiendo el consejo de la policía, acordaron cerrar sus negocios dos horas antes de lo normal. De hecho, una de las medidas fue dejar de vender cerveza media hora antes de cerrar porque pensaban que los motociclistas fieles a su espumosa bebida, no intentarían beber licor fuerte. Craso error.

Desde la tarde del viernes hasta la madrugada del domingo, la atónita policía de Hollister (y sus desconcertados residentes), fueron testigos de un espectáculo nunca antes visto por esos lares, malabares en motocicleta en media vía y carreras improvisadas a un lado de la calle principal. Todo ese caos estaba acompañado del estridente rugir de las motos y de mucho alcohol por supuesto.



Unos 50 motociclistas fueron atendidos por heridas y lesiones en el pequeño hospital de la localidad, y ahí mismo, luego de brindarles atención médica fueron arrestados. La mayoría de acusaciones fueron por delitos menores como: embriaguez pública, conducta desordenada y conducción temeraria. Estuvieron detenidos sólo unas pocas horas porque eran contravenciones leves, nadie murió ni hubo destrucción de bienes, tampoco hubo incendios ni saqueos, y de hecho ningún local sufrió algún daño en absoluto.
El día domingo 6 de julio se hicieron presentes 40 patrullas de caminos de California y lograron dispersar a los motociclistas bajo la amenaza de utilizar la fuerza y bombas lacrimógenas. Todos se retiraron tranquilamente y el pequeño pueblo volvió a la normalidad como antes.

El periódico San Francisco Chronicle se encargó de cubrir aquel fin de semana “salvaje” de Hollister y aunque en realidad había mucho que informar, las historias que publicaron llevaban títulos sensacionalistas innecesarios como "Hollister devastada!", y "Disturbios y caos" "Los motociclistas se toman el pueblo". Para colmo y vergüenza de la AMA, la situación empeoró cuando la Revista Life publicó una fotografía en página entera de un fornido y borracho motociclista balanceándose encima de una Harley y con una cerveza en cada mano.

Fotografía publicada por Life

La Asociación de Motociclistas salió al frente y declaró que si bien hubo algo de anarquía ese fin de semana, los problemas que les achacaban fueron causados solo por un pequeño grupo indeseable de motoristas que no sobrepasaba el 1% de los asistentes. También dijeron que se estaba generalizando injustamente y ofreció investigar dar a conocer los nombres de los revoltosos. Pero fue demasiado tarde, el daño ya estaba hecho y gracias a esas notas de prensa los motociclistas quedaron marcados con ese estigma para futuras generaciones.
Bueno, y como ustedes saben, con el paso del tiempo siempre se hace más difícil separar el mito y la realidad.

Los sucesos de Hollister no deben haber sido tan graves, puesto que la ciudad permitió que la AMA siga promoviendo carreras en su autódromo, y apenas cinco meses después los bares y tabernas volvieron a recibir gustosos a los sedientos motociclistas. Y por supuesto, Hollywood no podía perderse la oportunidad y dramatizó los sucesos de aquel fin de semana de Hollister en la película The Wild One, protagonizada en 1954 por Marlon Brando.


Marlon Brando y Lee Marvin en "The Wild One"

Quizá esta película fue lo que más influyó en la opinión pública, porque en ella se mostraba a "todos los motociclistas" como una horda de ebrios desadaptados y sociópatas, a los que se llegó a temer en todas las ciudades de los Estados Unidos y en muchos casos a prohibir que se reúnan en ellas. Irónicamente, sólo Hollister, el pequeño poblado que sufrió los acontecimientos, siempre se mostró dispuesto a recibir a los motoristas y hasta a fomentar más eventos en ella.

Poco después en verdad aparecieron delincuentes que se sintieron identificados y encasillados con lo que Hollywood mostraba y decidieron formar pandillas, además como sabían que tenían publicidad gratis con la prensa, empezaron a delinquir exagerando su violencia para ganar notoriedad, y así nacieron en la década de los sesentas grupos delictivos como "Los Angeles del Infierno", "Los Paganos" y "Los Mongoles", que prácticamente han sido imposibles de erradicar.

Lamentablemente los medios de comunicación siempre han ejercido una gran influencia en las masas y, la cobertura sensacionalista que le dieron al evento de Hollister, estigmatizó para siempre a los motociclistas encasillándolos como grupos "fuera de la ley". Este es un pequeño ejemplo de cómo se puede crear un monstruo a raíz de una noticia mal encaminada.

Fuentes e imágenes:
1, 2, 3, 4

9 comentarios:

Lara dijo...

A mí siempre me han gustado mucho los moteros y me ha encantado leer este post y las fotos ni te cuento ;)
Muuuuuuuuuuuuuuuuuuacks!

TORO SALVAJE dijo...

La catadura moral de la mayoría de medios de comunicación es peor que la de un asesino en serie.
Deforman las noticias o las falsean directamente en busca de audiencia y de dinero.

Saludos.

Gabiprog dijo...

Me has recordar mis tiempos de motero... A ver si acabo de pagar la hipoteca...

:)

GABU dijo...

Cuanta bronca me dà cuando los medios de comunicaciòn dejan se cumplir su papel fundamental,el de informar!!!
Solamente aquellos que fueron testigos presenciales sabràn la verdad y quizàs unos pocos accedan a poder contar los hechos tan cual sucedieron...

P.D.:Adorè ese pelìcula con el ENORRRRME MARLON!!!
Me parece que es un reflejo casi fiel de toda una època de motoqueros...

BESITOS MOTORIZADOS PA' USTÈ,CABALLERAZO =)

lopillas dijo...

Una pena que pasen esas cosas, la verdad.
Besos Carlos

esteban lob dijo...

Hola Carlos:

Qué me perdonen los motoqueros(en Chile les llamamos motociclistas), pero cada vez que veo alguno a un costado o detrás de mi coche me preocupo, porque generalmente con ellos nunca se sabe qué decisión "de tránsito" van a tomar, generalmente por sobre reglas y lógica.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Un par de motociclistas, admito que me han robado varios suspiros, la onda motociclista siempre me dio curiosidad, pero nunca he tenído valor para subirme a una.

Ahora tiemblo de saber que mi hermana cambio el auto por una moto!

Interesante post!

Cecy dijo...

Es cierto que la prensa siempre agranda las cosas, y el mito es dificil de acabarlo.
A mi siempre me gusto ver pasar las motos asi en banda, me llaman poderosamente la atención, y a ver estado mirando en ese lugar un sueño, verdad?

Un beso querido carlos.

Unknown dijo...

Creo que te debo regalar un libro. Y de hecho deberías hacer un post sobre Hunter Thompson, el escribio la mejor cronica sobre motociclistas

 
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