Como ustedes saben, en este blog me gusta escribir relatos sobre situaciones particulares o de personas a mi criterio interesantes. No es muy común encontrar historias inspiradoras actuales, por eso no quería dejar pasar la oportunidad de contarles una drama de coraje y ganas de vivir de un joven norteamericano que se encontraba practicando una de sus pasiones, el alpinismo.
La mañana del sábado 23 de abril de 2003 se presentaba radiante para Aron Ralston de 27 años, amante de la naturaleza y las montañas, por lo que decidió tomar su bicicleta de montaña y dirigirse hacia las rocas de arenisca roja del Parque Nacional Canyonlands, en Utah.
Aron había realizado este recorrido un sinnúmero de veces, había subido a todas las montañas de Colorado que tenían más de 4000 m de altura, y a la mayoria de ellas había escalado solo y en invierno. En realidad ahora sólo se estaba entrenando porque tenía planes de subir a la montaña más alta de Norteamérica, el Monte McKinley, de más de 6000 m sobre el nivel del mar.
La mañana del sábado 23 de abril de 2003 se presentaba radiante para Aron Ralston de 27 años, amante de la naturaleza y las montañas, por lo que decidió tomar su bicicleta de montaña y dirigirse hacia las rocas de arenisca roja del Parque Nacional Canyonlands, en Utah.
Aron había realizado este recorrido un sinnúmero de veces, había subido a todas las montañas de Colorado que tenían más de 4000 m de altura, y a la mayoria de ellas había escalado solo y en invierno. En realidad ahora sólo se estaba entrenando porque tenía planes de subir a la montaña más alta de Norteamérica, el Monte McKinley, de más de 6000 m sobre el nivel del mar.
Esa mañana Ralston estacionó su camioneta junto al Cañón Horseshoe, tomó su bicicleta y empezó a descender por un camino rocoso. Sólo iba vestido con una camiseta y pantalones cortos, además llevaba una mochila donde tenía medio litro de agua, un botiquín de primeros auxilios, una imitación barata de navaja suiza, una filmadora y una cámara digital. En la mochila no llevaba chaqueta ni ropa adicional. Al hombro llevaba el equipo de cuerdas con las anclas y arneses necesarios para el descenso.
Avanzó en su bicicleta hasta donde le permitió el sinuoso camino, luego la aparcó para descender con cuerdas por los acantilados. Ya en medio de su descenso se encontraba en un espacio de un metro de ancho entre las dos grandes paredes montañosas y tratando de subir a una roca que estaba encajada en medio de ellas. Estaba ya trepado en la piedra y ésta parecía estable, cuando resbaló violentamente y su brazo derecho quedó atrapado entre la roca y la pared.
Avanzó en su bicicleta hasta donde le permitió el sinuoso camino, luego la aparcó para descender con cuerdas por los acantilados. Ya en medio de su descenso se encontraba en un espacio de un metro de ancho entre las dos grandes paredes montañosas y tratando de subir a una roca que estaba encajada en medio de ellas. Estaba ya trepado en la piedra y ésta parecía estable, cuando resbaló violentamente y su brazo derecho quedó atrapado entre la roca y la pared.
Después de la primera hora de permanecen atrapado, Aron se puso a pensar en las posibilidades que tenía, y de hecho la muerte, no estaba entre ellas. El gran problema era que Aron no había notificado a nadie su itinerario para esa mañana.
Ralston intentó infructuosamente mover la piedra jalando con cuerdas y anclas que lanzaba con su otra mano. Luego intentó romper la piedra con su navaja multiusos, pero tras pasar más de 10 horas astillando y golpeando la piedra, se dio cuenta que se agotaba más y sólo había logrado sacar polvo de la roca.
Al llegar la noche Ralston seguía tratando de liberarse cuando se dio cuenta del drástico descenso de la temperatura, y tuvo que aguantar el frío de la noche sin dormir, con la esperanza de ser rescatado al siguiente día.
Ralston intentó infructuosamente mover la piedra jalando con cuerdas y anclas que lanzaba con su otra mano. Luego intentó romper la piedra con su navaja multiusos, pero tras pasar más de 10 horas astillando y golpeando la piedra, se dio cuenta que se agotaba más y sólo había logrado sacar polvo de la roca.
Al llegar la noche Ralston seguía tratando de liberarse cuando se dio cuenta del drástico descenso de la temperatura, y tuvo que aguantar el frío de la noche sin dormir, con la esperanza de ser rescatado al siguiente día.
En la mañana se alegró al escuchar helicópteros pasar por ahí, pero se volvió a preocupar cuando empezó a atardecer y no había señales de rescatistas. El domingo y lunes fueron un infierno porque empezaron los primeros síntomas de deshidratación y de hipotermia, ya que la luz solar apenas le llegaba por dos horas al día. El agua que había racionado por bocados se le terminaba.
El día miércoles no tuvo más opción que beber su propia orina que para el efecto había empezado recolectar el día anterior, después que se le terminó el agua.
Ya exhausto y sin esperanzas sacó su cámara de vídeo y grabó un mensaje de despedida para sus padres. Poco después con su navaja grabó su nombre en la piedra con su fecha de nacimiento y con la que él pensaba sería la fecha de su muerte, la de ese día miércoles 27 de abril de 2003. Luego se desvaneció en un profundo sueño.
La mañana del jueves, moribundo, Aron alucinaba. Curiosamente tuvo una visión de un niño de tres años que corría por un campo iluminado por el sol, y que era recogido por un hombre de un solo brazo. En un breve momento de lucidez, Aron sintió que esa era una visión de su futuro hijo corriendo hacia él, y en ese momento decidió sobrevivir.
El día miércoles no tuvo más opción que beber su propia orina que para el efecto había empezado recolectar el día anterior, después que se le terminó el agua.
Ya exhausto y sin esperanzas sacó su cámara de vídeo y grabó un mensaje de despedida para sus padres. Poco después con su navaja grabó su nombre en la piedra con su fecha de nacimiento y con la que él pensaba sería la fecha de su muerte, la de ese día miércoles 27 de abril de 2003. Luego se desvaneció en un profundo sueño.
La mañana del jueves, moribundo, Aron alucinaba. Curiosamente tuvo una visión de un niño de tres años que corría por un campo iluminado por el sol, y que era recogido por un hombre de un solo brazo. En un breve momento de lucidez, Aron sintió que esa era una visión de su futuro hijo corriendo hacia él, y en ese momento decidió sobrevivir.
Sabía que si quería salir vivo debería tomar medidas drásticas pero necesarias, y se dio cuenta que si no aprovechaba ese momento de extraña fortaleza, estaría perdido ya que nadie sabía de su paradero y los helicópteros de búsqueda hace dos días que ya no pasaban por el lugar.
Decidió amputarse el brazo derecho por debajo del codo utilizando la cuchilla de su navaja multi-herramienta. Consciente de que la hoja de la navaja no podría cortar los huesos, se los rompió con una piedra para facilitar el corte. Primero se rompió el hueso del radio que conecta el codo con el dedo pulgar, y luego se rompió el cúbito que es el hueso del antebrazo. Enseguida se hizo un torniquete sobre la parte que iba a cortar.
Empezó a cortar la piel, músculos y tendones, una labor demasiado difícil con una navaja sin filo. Para cortar los tendones utilizó aquella pequeña tijera que tienen esas navajas. Todo el proceso duró más de hora y media.
Luego se aplico alcohol y desinfectante que llevaba en su pequeño botiquín.
Decidió amputarse el brazo derecho por debajo del codo utilizando la cuchilla de su navaja multi-herramienta. Consciente de que la hoja de la navaja no podría cortar los huesos, se los rompió con una piedra para facilitar el corte. Primero se rompió el hueso del radio que conecta el codo con el dedo pulgar, y luego se rompió el cúbito que es el hueso del antebrazo. Enseguida se hizo un torniquete sobre la parte que iba a cortar.
Empezó a cortar la piel, músculos y tendones, una labor demasiado difícil con una navaja sin filo. Para cortar los tendones utilizó aquella pequeña tijera que tienen esas navajas. Todo el proceso duró más de hora y media.
Luego se aplico alcohol y desinfectante que llevaba en su pequeño botiquín.
Cuando por fin se hubo liberado, sabía que todavía tenía que caminar río abajo hasta encontrar ayuda.
A 5 km del lugar, una familia de turistas que habían ido a tomar fotos del cañón empezaba a retirarse del lugar, cuando a lo lejos les pareció escuchar una voz, pero no sabían de dónde provenía. Decidieron esperar un rato y al poco tiempo vieron a lo lejos a Aron que les hacía señas. En su estado, y con el brazo mutilado había caminado 5 km. Enseguida pidieron un helicóptero al 911 y lo llevaron a un hospital.
Los equipos de rescate estaban asombrados por la hazaña de Aron y coincidían en que tomó la decisión correcta, ya que al conocer el punto exacto donde se encontraba, se dieron cuenta que hubiera sido imposible encontrarlo desde un helicóptero, que de hecho fue lo que pasó.
Los equipos de rescate estaban asombrados por la hazaña de Aron y coincidían en que tomó la decisión correcta, ya que al conocer el punto exacto donde se encontraba, se dieron cuenta que hubiera sido imposible encontrarlo desde un helicóptero, que de hecho fue lo que pasó.
Enseguida se envió otro equipo de rescate para recuperar el brazo y ver la posibilidad de reimplantarlo, pero fue imposible ya que no pudieron mover la piedra.
Hoy decidí contarles esta magnífica historia porque es un testimonio de vida que espero los contagie de buena energía para empezar este nuevo año. Porque cuando uno tiene ganas de vivir, las condiciones físicas pasan a un segundo plano.
Hoy decidí contarles esta magnífica historia porque es un testimonio de vida que espero los contagie de buena energía para empezar este nuevo año. Porque cuando uno tiene ganas de vivir, las condiciones físicas pasan a un segundo plano.
Fuentes:
1, 2, 3
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25 comentarios:
Ufff!!! Carlos!!!
Me dejaste con la piel de gallina...
Vaya historia. Imaginaba el dolor físico,de separase de su brazo y el miedo en esa soledad.
Tienes razón amigo mío.Las ganas de vivir, nada tienen que ver con condiciones físicas. Hay tanta gente "enterita" y vegetando.
En las condiciones físicas que sea, la vida es un milagro, y mientras estemos vivos, somos sujetos de milagros y podemos regalar milagros.
Un beso inmenso y un 2010 pleno de ilusiones y linduras.Alegrías y energías, para perseguir sueños.
Gizz
Dios santo!!!.... esa son ganas de querer vivir.. es tener a dios de tu lado... Creo que jmaás lo hubiera podido hacer... excelente historia de vida... un ejemplo de lo que es tener carácter-- saludos!
Sobrevivir ante todo, la vida por demás como lo mas valioso, aveces hay que perder para ganar no?
Como siempre inspirador.
El 2009 desgastado se ha ido, que el 2010 sea mas que un cambio en el calendario.
Saludos a deshora.
Qué valor tuvo!!!
Impresionante.
Saludos.
Conocía la noticia, pero en detalle es escalofriante. El dato de la visión en sueños terminó de erizarme el alma.
Ejemplo de hombre coraje extraordinario. Como tu conclusión.
Besos energéticos :)
Un hombre con mucho valor, sin duda. A veces no sabemos de lo que somos capaces hasta que no nos vemos en una situación parecida. El instinto de supervivéncia es muy fuerte.
Muuuuuuuuuuacks!
una super historia de supervivencia... pues qué valiente!!
Que historia, que fortaleza.
Se me caen las lagrimas.
Un abrazote querido Carlos.
eso se llama fuerza.
Vaya historia más dura. En algún punto casi he tenido que dejar de leer. Y la foto...
Saludos y felicidades por el post!
Yo vivo relativamente cerca de las montañas, y conozco muchos montañeros... sus historias me resultan tan escalofriantes...
Besicos
Ni queremos imaginarnos lo que habrá sufrido este ser humano, al tener que cortar una parte de sí mismo, ¡en esas condiciones!
Se necesitan muchas ganas de vivir, para hacer algo semejante.
Ahora tenemos curiosidad por conocer un poco más de la vida de Aron.
Un abrazo gigante, para ti, Carlos.
Estremecedor… Y es que no sé que decir. Lo cierto es que no hago ni haré montañismo sólo… Esa tiene que ser una premisa.
Feliz año nuevo.
Ya alguna vez había escuchado de esa historia pero superficialmente y vaya que me he sorprendida...pero fue la decisión que le salvo la vida
¡Con animo este 2010!
Wow, me he quedado sin palabras.
Amigo mìo,se me estremacieron hasta los huesos al leer esta maravillosa historia de vida y sobre todo de sùper vivencia...
P.D.:Cuanta verdad hay en tus palabra finales nuevamente!!
Las ganas de vivir cuando se hace carne en cada uno de nootros,nada podrà detenernos... :)
TE DEJO MUCHIOS BECHIOS
Y mi deseo de que hayas tenido un fantàstico comienzo de èste 2010!! =)
Hola Carlos!
Las pruebas a las que a veces nos enfrentamos nos obligan a ser capaces de romper con todo, incluso con nuestro cuerpo si es preciso... Creo que lo encomiable de Aron es que fue capaz de vencer el temor y la inercia a cortar su brazo. Una decisión que no cualquiera enfrentaría. Es más, que pocos se plantearían quizá.
Coincido, sin embargo, que él sólo se puso en esa situación. No por mala fé, sino por que se fue confiando cada vez más en su capacidad de salir adelante. Solo. El poquísimo equipo que llevaba es prueba de ello. Quizá en la vida nos pasa eso mismo. Nos vamos "confiando" en lo que hacemos y en donde estamos y dejamos de ser previsores, de tener equipo siempre a la mano, de estar preparados para lo peor y de trabajar en equipo... por eso las desgracias las enfrentamos solos...
Un abrazo fuerte Carlos! (felicidades por lo del blog-ruso!)
G.
tenazzz, de lo que es capaz el hombre para sobrevivir....
uy...habia leido en algun lugar esta historia, pero esta vez si que me dieron escalofrios...ihhh hasta piel de gallina...pobre hombre y QUE VALIENTE!! yo seguramente me habria quedado ahi...
Que valor... a mi me encuentran muertita... lo que me sorprende es que despues de tantos dias y de lo debil que estaba haya encontrado fuerzas para romperse los huesos y hacer la amputacion. Es increible, verdad?
Que historia, Carlos, he vivido de cerca casos en los los cuales la vida les brinda otra oportunidad, algunos las aprovechan y otros simplemente las dejan pasar, cada uno de nosotros esta aqui por alguna razón, me alegra mucho que la vida me haya permitido conocerte, algun día me abriste los ojos y te lo agardezco en el alma.
Carlos te mando el más calido de mis abrazos y el mas tierno de los besos.
Esta historia la lei hace tiempo no recuerdo donde... y hoy la encontré acá en tu blog y la leí entera... es notable...
gran ejemplo.
Adieu!
Carlos,es una hermosa,escalofriantes y extraordinaria historia.
Que valor.....que inmenso valor de ese señor optar por vivir...
Un abrazo
Mariella
Escalofriante!!!! Cómo tuvo el valor de hacer eso? sin duda era un hombre muy muy duro. yo habría muerto aferrado a la roca...supongo!
Un abrazo!
Una acción dificil de creer..
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