lunes, noviembre 09, 2009

La hermana de Hitler

Luego del suicidio de Adolf Hitler, los servicios de inteligencia norteamericana detuvieron para investigar a una tal Paula Wolff, ex secretaria de un hospital y que a finales de la Segunda Guerra Mundial se había trasladado a vivir anónimamente a un pequeño hostal en el pueblo de Berchtesgaden.

La detención dio sus frutos. Efectivamente, aquella anónima mujer resultó ser Paula Hitler, quien luego de los interrogatorios realizados por los norteamericanos arrojó más luces acerca de la infancia del temible dictador.

Paula Hitler

Paula Hitler nació en Hartfeld, Austria en 1896. Ella y Adolf fueron los únicos sobrevivientes de cinco hermanos ya que dos murieron de difteria y uno falleció poco después de nacer. Paula apenas tenía seis años y Adolf trece cuando su padre murió después de sufrir un derrame pleural, mientras Klara, su madre, tuvo que encargarse sola de la crianza de ambos niños.

Alois Hitler

Klara Hitler

“Mi hermano y yo pasábamos muy poco tiempo juntos, debido a la diferencia de edad. Él nunca me vio como una compañera de juegos. Recuerdo que le encantaba jugar a los policías y ladrones y esas cosas…
Él asistió al internado de la Realschule de Estiria, y sólo pasaba sus vacaciones en casa. La muerte de mi madre nos dejó una profunda impresión a ambos, especialmente a Adolf que era muy apegado a ella. Nuestra madre murió en 1907 y mi hermano nunca más volvió a casa después de su muerte”


Adolf en el centro, con sus compañeros del internado en 1900

Desde que Adolf Hitler dejó la casa materna en 1908, Paula no lo volvió a ver hasta 1921. Fue ahí cuando ella aprovechó para reprocharle su ausencia de todos esos años. Le reclamaba el hecho de que, su situación afectiva y subsistencia económica le hubiese sido más fácil de llevar, si hubiera sabido que aún contaba con un hermano que la podría ayudar.

“Mi hermano llegó a Viena en 1921 con el propósito expreso de verme. Yo no lo reconocí en primera instancia cuando entró a la casa. Estaba tan sorprendida que lo único que hacía era mirarlo. Era como si un hermano me hubiese caído del cielo. De todas formas, yo ya estaba acostumbrada a estar sola en el mundo. Fue un momento muy bonito. Lo que más me gustó fue que él me llevó de compras. Todas las mujeres amamos ir de compras.”

Retrato de Paula

Un año después de su visita de 1921 volvió a verlo, cuando fueron juntos a visitar la tumba de sus padres cerca de Linz. Después de esa ocasión, no lo vería hasta 1923, y lo hizo en Münich, antes del fallido golpe de estado de noviembre. Paula dijo no haber notado ningún cambio en la forma habitual de ser de su hermano.

“A partir de 1929 lo veía sólo una vez al año hasta 1941. Nos reunimos una vez en Munich, una vez en Berlín, y otra vez en Viena. Su rápido ascenso en la escena mundial me preocupaba. Sinceramente, yo hubiese preferido que alcance su ambición original de convertirse en un gran arquitecto. El mundo se hubiera salvado de tantos problemas.
Mi hermano no siguió ninguna dieta especial en su juventud. Nuestra madre jamás lo habría permitido. Nunca se preocupó demasiado por la carne. Supongo que más tarde se convirtió en vegetariano debido a su dolencia de estómago.”

Paula tomó la costumbre de escribirle a su hermano cada cumpleaños, le enviaba cartas de felicitación, a la cuales Hitler respondía con una nota corta de agradecimiento, acompañándolas de un paquete con presentes que él a su vez él había recibido como regalo de otras personas: jamón español, caramelos o galletas. Durante los Juegos Olímpicos de Garmisch, Hitler le sugirió a Paula que se cambie de nombre explicándole que quería que se mantuviera alejada y de incógnito bajo el apellido "Wolff", y que si quería, podía conservar el nombre ‘Paula’. Ella accedió al pedido de su hermano, y de esta manera, su nuevo pasaporte fue expedido como "Paula Wolff", pero con una fecha errónea de nacimiento, pues figuraba como nacida el día 12 de noviembre de 1896 cuando en realidad había nacido en enero de ese año.

"Yo perdí mi trabajo en una compañía de seguros de Viena en 1930 cuando se supo quién era mi hermano. Desde ese momento él me dio una pensión mensual de 250 chelines. Después de la anexión con Austria y el cambio de moneda, me daba 250 marcos"

En 1940 se trasladó a Berlín para visitarlo, sin embargo nunca estuvo bajo la observación de la Sicherheitsdienst -seguridad de las SS-, de hecho siempre pudo moverse libremente. La policía judicial llegó una vez a controlar a los huéspedes del hotel donde ella estaba hospedada en Munich, durante la visita de Mussolini. Aún no sabían que Paula era "la señora Wolff".

“Soy una católica convencida. Mi hermano también era católico, y no creo que se haya salido de la iglesia. No estoy segura de eso.
Los últimos años yo trabajé como secretaria en un hospital. Mi hermano lo sabía. Aunque no le gustaba eso, estaba orgulloso de que yo hubiera conseguido ese trabajo por mí misma. Tuve que renunciar más adelante, porque mi salud estaba deteriorada”

Hasta las últimas semanas de la guerra, Paula Hitler vivió en Viena, donde fue detenida por los agentes de Inteligencia de EE.UU. en mayo de 1945. Durante los interrogatorios insistió en que a su hermano le afectó profundamente la muerte de su madre, que eso quizá fue lo que lo "desequilibró". Después de romper en lágrimas, dijo: "El destino de Adolf me afectó mucho. Al fin y al cabo era mi hermano, no me importa lo que haya hecho. Su trágico final fue terrible para mí, como hermana..." (En este punto Paula rompió en llanto. El interrogatorio había terminado).


Fue liberada y regresó a Viena a trabajar de dependienta en una tienda de artesanías. A inicios de diciembre de 1952 se mudó a un apartamento cerca de Berchtesgaden, en la frontera entre Alemania y Austria, donde vivió recluida con el apellido Wolff hasta su muerte el 1º de junio de 1960.

La copia original de este documento ya desclasificado, se guarda en la Biblioteca Eisenhower y podemos verla aquí, donde claramente se aprecia que llevaba el sello de Restringido.

Paula Hitler, nunca tuvo hijos ni se casó. Está enterrada en Berchtesgaden, como el único miembro de la familia inmediata en llevar el apellido Hitler en su tumba. Aquí vemos otro caso donde el peso de un apellido es determinante en la vida de una persona, aunque ésta se mantenga al margen de sus actos.

Fuentes:
1, 2, 3, 4

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26 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Siempre me voy de aquí alucinado.
Qué historias más atractivas y curiosas.

Saludos Carlos.

El 22 dijo...

Excelente historia como siempre, Carlos. Gracias por compartirla.
Te he dejado un par de comentarios en el post sobre el TC-48, alguien se ha tomado el "trabajo" de plagiar tu nota en otro sitio y te dejo el enlace por si te interesa.
Saludos.

carola315 dijo...

Con todo y lo despota, tirano y dictador que fue, Hitler tuvo una hermana y eso fue lo único que ella vio en él, un hermano, eran familia pero no se tuvieron ni se disfrutaron como tal.

Saludos.

lully desnuda dijo...

Hola apreciado Carlos!!

Lástima por Paula y por el mismo Hiltler. Mirar detrás del Aleman, es encontrar razones para entender un poco su proceder.
Un abrazote!

Cecy dijo...

Que increible, Carlos.
Cuanto aprendo contigo.

gracias.


Besos mi querido.

Diego Fabián dijo...

Todos tenemos una doble vida: la que mostramos a los demás, y la que solo conocen las personas más íntimas de nuestra vida...

Esta es una visión muy diferente del Hitler que el mundo conoce... Intrigante y apasionante a la vez el conocer su vida desde la perspectiva de su intimidad...

Excelente post, Carlos... Felicitaciones...

Unknown dijo...

los inocentes siempre pagan por culpa de otros, pobre mujer,

MARCRISPA dijo...

Es notable no?, todos, buenos y malos, demonios o santos, tienen hermanos, familia, hijos, y sobre todo madre y padre...
Los lazos familiares son tan fuertes, que ni en el caso de ese monstruo, como bien dice la hermana: hubiese sido mejor para el mundo que se dedicara a su vocación, la arquitectura...
Así que, ¡ATENCIÓN! a la hora de asesorar, permitir, solventar las profesiones de las personas. Y sobre todo, NO COARTAR LAS VOCACIONES; y menos por situaciones de guerra, abuso de poder, descalabro económico-social, pues podríamos estar gestando monstruos mucho peores

buen post!!
abrazos de hermana latinoamericana

Un chico de Lima dijo...

excelente reseña!

Georgells dijo...

Hola Carlos!

Hace tiempo tuve oportunidad esta magnífica película de "La Caída", junto con otra cuyo título se me escapa, pero bien podría haberse llamado "El Ascenso".

Hitler por ahora (y al menos en un ciento de años más) encarnará "al mal". Como durante mucho tiempo lo fué Napoleón (a la fecha, en Europa, Napoleón y Hitler son considerados "iguales").

Espero que con el tiempo se llegue a ver más de la historia del hombre detrás del mito de guerra. Y espero que no dejemos de nuevo que surja un tirano... sea de la nación que sea...

Abrazo!

G.

RosaMaría dijo...

Interesante y poco conocido. Clásico caso en que el clan familiar es mantenido al margen de las actividades del tirano o capo. Un post que se agradece. Saludos.

José Ignacio Lacucebe dijo...

Estoy de acuerdo con TORO. Vuestras investigaciones son muy didácticas. Gracias por esta labor.
Es curioso como la niñez puede influir en el carácter de las personas y como estas se transforman cuando adquieren relevancia.
Sentir vergüenza de alguien, más si es familiar, que lleva tu apellido y no goza de prestigio sería habitual si uno tuviera los medios para hacerlo.
Un abrazo.

Belén dijo...

Pobre mujer, el apellido Hitler no es muy bueno que digamos...

Besicos

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

"Por favor...recuerden, ¡Fue mi hermano!....(llanto)

Hicieron bien en detener ese interrogatorio en ese punto

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
lopillas dijo...

No recuerdo (qué raro :P) dónde leí que también había sido declarado no apto un par de veces cuando intentó superar las pruebas de acceso a los estudios de Arte, con lo que quedaron frustradas sus aptitudes artísticas. Dato relevante también.

Moraleja: hay que dejar salir al duende que si no sale el demonio!!!

Rico el mojito, Carlos ;)
Besos entre palmeras

Anónimo dijo...

Carlos, que historia, no sabia que Adolfito tuviera una hermana, O_o que sorprendente historia, como bien lo dices, el peso del apellido no perdona...

Besos MUACKS!!!

(Pts pts, ya no tengo blog U_U)

Carlos dijo...

Carlos, te has lanzado a publicar con la velocidad de un rayo: (no me das tiempo a seguirte) :)

Siempre he pensado que atrás de los personajes más perversos, hay una familia, un entorno, del cual tal vez provenga su conducta errada y quienes también a su vez pagan las consecuencias de su vinculación.

Gabiprog dijo...

Una vida llena de pensamientos incomodos...

:-/

ritmosymelodiasecuador.blogspot.com dijo...

Recordemos que los actos más inhumanos son desenlaces de traumas afectivos que desencadenan en violencia, quiza Adolfo se habría salvado si el gran amor que le tenía su hermana lo habría acompañado mientras estubo creciendo y formándose, lamentablemente la historia esta escrita y nos recuerda que la mente humana puede ser tan beneficiosa como destructiva.

gracias Carlos excelente nota, como todas las demás¡¡¡

GABU dijo...

Èste seria uno de esos casos de portaciòn de apellido,y es cierto,màs allà de todo,la sangre siempre serà la sangre,esta mujer debe haber padecido cada atrocidad de su hermano en su contra...

P.D.:Mira lo que son las caUsalidades de la vida que justo estoy al intento de recomponerme y me llegan tus palabras tambièn,curioso no?? ;)

TE DEJO UNA PILA DE BESOTONES
Y mis infinitas GRACIAS por tus sentidas palabras amigo ♣

Ka-tica dijo...

bueno definitivamente una historia muy triste... triste una vida asi, bajo la sombra de la soledad y el abandono, con un airecillo de esperanza que quiza fue lo que la mantuvo viva!!!
definitivamente la familia es un factor muy importante, que a veces menospreciamos... asi como para muchos es el empujon hacia una mejor vida, para otros es todo lo contrario!
Besote Rey!!!!

Gizela dijo...

Nunca había escuchado de ella.
Se siente extraño, el saber que un personaje tan siniestro, era un ser normal con familia, al igual que cualquier ser humano.
Pobre Paula, que habrá pasado por su mente, cuando escuchó los horrores que cometió su hermano..
Hoy precisamente hablaba de el en un comentario en mi entrada.
Relacione la barbaridad que se cometió en Venezuela, hace poco, que se vendieron los libros de las bibliotecas públicas como pulpa de papel,porque no eran de tendencia socialista,con la famosa quema de libros judíos, por los nazis
Buenísima historia, como siempre Carlos
BESOTES
Gizz

Anónimo dijo...

Creo que esta historia esta sacada para tratar de humanizar al asesino. Mal vamos por ese camino.

Anónimo dijo...

La historia es una mujer de costumbres ligeras, a los gringos no les creo nada.

Pobres gringuitos asaltados con premeditación, alevosía y ventaja en Pearl Harbor cuando llevaron toda su flota de guerra hasta allá solamente para estirar los pies.

Pero igual muy buen post.

Saludos
CD

 
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