En 1941, el soldado australiano Jim Moody se encontraba sirviendo a su país en la Segunda Guerra Mundial, y mientras estuvo emplazado en Egipto, encontró un cachorro terrier abandonado en el desierto occidental al que decidió adoptarlo y le puso el nombre de "Horrie". El perro se convirtió enseguida en la mascota del 2/1 Batallón de Artillería y en su fiel guardián, acompañando a los soldados a través de Grecia, Creta, Palestina y Siria.
Desde que fue adoptado, Horrie demostró ser un perro muy inteligente y fácil de entrenar; de hecho gracias a su gran sentido auditivo, aprendió a alertar a su batallón cuando se avecinaba algún ataque de la aviación enemiga con sus fuertes aullidos.
La mascota en su vida militar sobrevivió al hundimiento de un barco, casi murió aplastado entre dos botes salvavidas, fue herido por una esquirla de bomba en Creta y sufrió junto a sus compañeros del intenso invierno en Siria. Por sus servicios prestados, Horrie fue ascendido a Cabo Primero del ejército australiano.
La mascota en su vida militar sobrevivió al hundimiento de un barco, casi murió aplastado entre dos botes salvavidas, fue herido por una esquirla de bomba en Creta y sufrió junto a sus compañeros del intenso invierno en Siria. Por sus servicios prestados, Horrie fue ascendido a Cabo Primero del ejército australiano.
Cuando a Jim Moodey le informaron que debía regresar a Australia, el soldado decidió llevarse a Horrie a su país y consiguió ingresarlo de contrabando escondido en una mochila, a sabiendas que las leyes de cuarentena australianas siempre han sido demasiado escritas y que no le permitirían el ingreso al perro. Tres años más tarde, las autoridades australianas se enteraron de la presencia del perro en su país y le comunicaron a su dueño que el animal había sido condenado a morir bajo la Norma 50 de la Ley de Cuarentena.
Jim escribió una carta al Departamento de Higiene pidiendo el indulto del animal, explicando que Horrie fue chequeado por un veterinario en Tel Aviv antes de ser llevado a Australia y que el can fue declarado sano. También apeló al cariño que llegó a sentir por el animal, debido al compañerismo y valentía demostrado por el perro en el frente de combate, y que además había sido condecorado por el ejército australiano. Ningún argumento de Jim Moody fue válido para el Departamento de Higiene y el 12 de marzo de 1945, Horrie fue decomisado y asesinado de un balazo por las autoridades sanitarias.
La opinión pública y los medios de comunicación que conocieron la historia de Horrie, se indignaron al saber de la noticia y reclamaron airados a las autoridades australianas de Cuarentena. La gente escribió muchas cartas de condena y durante años llevaron ofrendas florales a una tumba vacía que se erigió en su honor en el cementerio de Sídney. En este sitio podemos leer una de las tantas misivas de rechazo que los ciudadanos enviaron a la Dirección de Higiene.
Pero la historia no termina aquí, aunque se demoró casi 60 años en tener un final feliz. Y como todos sabemos, más vale tarde que nunca, a finales de 2003 por medio de sus descendientes se supo que el soldado Moody burló a las autoridades sanitarias presentando -para ser sacrificado- a un perro callejero que compró por cinco chelines y lo hizo pasar por Horrie, logrando así que su mascota viviera su lado muchos años más. El buen perro pasó el resto de su vida en una propiedad de Jim cerca del poblado de Corryong, en el norte australiano.
Muchas veces las leyes y normas de una sociedad son tan cerradas, que no queda otra alternativa que pasarlas por alto, y eso exactamente fue lo que hizo el soldado Jim Moody, para quien fue más importante la vida de su fiel compañero que las absurdas reglas de la sociedad.
La gratitud del soldado australiano hacia el perro que muchas veces resguardó la vida de su batallón alertándolos de los bombardeos enemigos, fue la que esta vez salvó la vida del noble animal.
Pero la historia no termina aquí, aunque se demoró casi 60 años en tener un final feliz. Y como todos sabemos, más vale tarde que nunca, a finales de 2003 por medio de sus descendientes se supo que el soldado Moody burló a las autoridades sanitarias presentando -para ser sacrificado- a un perro callejero que compró por cinco chelines y lo hizo pasar por Horrie, logrando así que su mascota viviera su lado muchos años más. El buen perro pasó el resto de su vida en una propiedad de Jim cerca del poblado de Corryong, en el norte australiano.
Muchas veces las leyes y normas de una sociedad son tan cerradas, que no queda otra alternativa que pasarlas por alto, y eso exactamente fue lo que hizo el soldado Jim Moody, para quien fue más importante la vida de su fiel compañero que las absurdas reglas de la sociedad.
La gratitud del soldado australiano hacia el perro que muchas veces resguardó la vida de su batallón alertándolos de los bombardeos enemigos, fue la que esta vez salvó la vida del noble animal.
Fuentes:
Cas.awm, Australian War Memorial, Ourcivilisation, y gracias a Georgells por la historia.
21 comentarios:
Ya me estaba ganando terreno la angustia,hasta que logrè contenerme y llegar a leer que el sacrificio de Horrie no fue llebado a cobo!!! :)
P.D.:Es muy cierto amigo,las leyes que los mismos hombres implementan,muchas veces deben ser burladas por ellos mismos...
Èste pòstulo es verdaderamente alentador!!
MIS BESITOS LLENOS DE CARIÑO ♣
q lastima, como mataron al otro perrico...
¿Si esas cosas pudieron pasar en Australia? ¿qué desastres no pasaran en los gobiernos autoriataros que estan de mosa en el tercer Mundo? si la intolerancia contra humanos es el pan de cada día, qué quedará para los canes?
Hola Carlos!
Caray, pues muchas gracias por hacer la investigación y hacer el post. Como dicen por ahí: "Un trillón de gracias!"
Me agrada mucho cómo investigas, consigues fotos y documentas las historias. Esta en particular me parece sensacional por la actitud del soldado y porque muestra cómo apoyar a rajatabla al "sistema" termina por alienarnos...
Un gran abrazo!
G.
Ha que hermoso relato niño¡ Sin duda aqui tenemos mejor demostración del buen dicho "el perro es el mejor amigo del hombre" aunque aqui podemos decir que aplica a la mitad porque Horrie ayudo a un batallon completo y a su dueño, pero despues el mismo hombre trata de sacrificarlo.
Pero sin duda un final feliz¡¡
Besos niñote¡¡
oye qué interesante...
que conmovedora historia felicidades excelente blog, siempre me dejas anonadada con tus relatos sigue asi saludos!
Pero tuvo que morir otro perro...
Como en los humanos a veces.
Saludos.
El problema no son las normas y las leyes, sino su interpretación, y sobre todo la 'burrocracia' que las envuelve.
Bien por Jim!
linda historia, pero el fin no es muy feliz
sacrificar a un perro callejero, el tiene el mismno derecho a vivir que uno que realizo el servicio militar.
bueno, se ve tambien en los humanos, como algunos pagan por otros, su hsitoria tiene doble lectura
saludos!
Aplaudo al soldado Moody!! A veces si hay que hacer ese tipo de trampas!!
Bss. mi querido carlos
Si que esta mal lo de las leyes tan cerradas y que bueno que no mataron al hereo canino pero kiuuubooo con el perro callejeroo que mala onda tambien senti feoo :(
Otro perro igual debió ser sacrificado.
Que pena.
Realmente el hombre es capaz de cualquier cosa.
Y las leyes mas.
Besos, queridisimo Carlos.
Qué nobleza!
Una linda historia Carlitos!
Lástima lo del otro perrito, pero bueh...ocurrió así.
Te dejo un abrazo Grande
y un ...
¡¡¡aguante La Liga!!!
Adal
Alguna vez creo que te comente la historia de la perra Laika, lo recuerdas?
Ojala que si y que no hayas olvidado todo...solo lo importante.
Besos.
hacia tiempo que no pasaba por aki pero es que con las clases de la uni estoy muy liada, espero que todo te vaia bien y feliz finde semana
Cumpa, si ni siquiera se respetan a los héroes de guerra, "estamos en el horno".
Cuando el sentido común desaparece, desgraciadamente siempre alguien paga las consecuencias.
Un abrazo.
Una nueva historia de absurdas y crueles reglas humanas. Me añado a la lista que protesta por el perro vagabundo.
Besito Carlos.
Me encantan las historias con finales felices.
Bien por el dueño!!
Que tengas una buena semana.
Abrazos,
Que buena historia, sabes, me gusta la forma en que la presentas, y bien, siempre hay buenas cosas.
Hermano, pasa una buena semana.
Estas son las historias que más me gustan... las que tienen finales felices, sobre todo cuando nos haces tragar saliva de susto..
te quiero amoremio!
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