jueves, octubre 29, 2009

La triste historia de los Castratos

Durante el Papado de Paulo IV (1555-1559) se expidió una bula que prohibió a las mujeres cantar en los templos católicos y surgió la necesidad de tener coros estrictamente varoniles. De esta forma, se recurrió a la castración de varones adolescentes para que conservaran la voz característica de la niñez y pudieran cantar para prescindir de las mujeres en las tonalidades agudas. Esta práctica fue muy común para la interpretación de papeles masculinos con una voz delgada en el barroco y prevaleció hasta el siglo XX con Alessandro Moreschi (1858-1922) a quien se lo conocía como “l’ angelo di Roma”, y de quien se sabe es el último "castrati" de la historia, con fines líricos, claro.

Alessandro Moreschi

Alessandro, que provenía de una familia pobre y numerosa, fue castrado a la edad de 7 años para curarle de una hernia inguinal; al parecer, era común en la Italia de la época curar la hernia con este procedimiento. Luego, durante toda su niñez y juventud estudió canto bajo la dirección de un compositor de música sacra, quien hizo que fuera aceptado en el Coro de la Capilla Sixtina a la edad de 25 años, en una época en que prácticamente habían desaparecido estos cantantes, puesto que la castración infantil con fines artísticos había sido prohibida desde 1870. Moreschi siempre aseguró que su castración tuvo lugar cinco años antes de la promulgación de aquella norma prohibitoria.

Los Castratos

Pero fue en el siglo XVIII donde éstos jóvenes se tomaron los grandes escenarios europeos y enloquecían al público -femenino generalmente- con sus angelicales voces. Se sabe también que estos coquetos jóvenes ejercían a veces la prostitución ofreciéndose a hombres y mujeres por igual, ya que al ser castrados, esa condición los colocaba en terreno neutral y con la ventajosa posibilidad de ofrecer favores a diestra y siniestra.

En este universo del espectáculo clásico, lo peor y lo mejor que le podía suceder a un niño italiano era tener una voz hermosa. Si los padres accedían a que alguno de sus hijos se hiciera corista —generalmente cuando la prole era numerosa—, el infante era llevado al barbero de la esquina, donde la transformación se consumaba. La cirugía tomaba un par de horas. En realidad, el efecto del opio en los sentidos del muchacho era lo que requería mayor tiempo. Una vez que el chico estaba sedado, era colocado en una tina de agua caliente, lo que permitía mantener la dilatación de la zona genital. Sin obstáculos de por medio, el barbero trabajaba a sus anchas, mutilando los conductos principales a los testículos, los cuales con el tiempo se atrofiaban.


Pero como todos sabemos, no siempre las promesas se cumplen. De la gran cantidad de niños que fueron castrados, sólo unos cuantos tuvieron la fortuna de cantar frente a las exigentes audiencias de la ópera europea. Y así, lastimosamente, si no lograban brillar en los escenarios, no solamente era el fracaso profesional a lo que se enfrentaban los castratos. En muchas ocasiones -por no decir casi siempre- lo que estaba en juego era su vida. De acuerdo con las habilidades del cirujano, la tasa de mortandad en las operaciones variaba, además de que el éxito de una mutilación nunca garantizaba una vida consagrada al estrellato, por una sencilla razón: después de la castración, los chicos eran sometidos a un intenso entrenamiento vocal y no todos alcanzaban la calidad que se exigía en el plano profesional. Muy pocos de ellos se convertían en estrellas rutilantes, que veían así compensado el sacrificio de su sexualidad.

Ya para fines del siglo XVIII, la moda de los castratos estaba en decadencia, el mundo de la ópera ya no los consideraba indispensables, por lo que muchos de ellos terminaron engrosando las filas de los coros de la Capilla Sixtina en el Vaticano, donde sus voces se tuteaban con las de los ángeles.


Farinelli, famoso castrati del siglo XVIII

Generalmente, la edad de los niños castrados oscilaba entre los nueve y quince años, lo que cortaba de tajo su madurez. Por eso, no es extraño que aquellos divos fueran individuos antipáticos, egocéntricos, a menudo atacados por rabietas y caprichos infantiles, aunque también hay que apuntar que su condición los convertía en verdaderos predadores sexuales, perseguidos con olfato de sabueso por decenas de damas aristócratas insaciables.

Aquí hay que hacer una diferenciación importante con los eunucos de oriente medio, que eran castrados siendo infantes, lo que les acentuaba características femeninas y una ausencia total del deseo sexual. En cambio los emasculados a partir de los 12 años tenían un desarrollo físico casi normal, y lograban una erección sin problemas. La obvia resistencia adicional que les proporcionaba su condición en el lecho, y su incapacidad para concebir, convirtió a los castrados en verdaderos trofeos para las mujeres de la época.

Fuentes:
PañosM, Weblaopera, Filomúsica

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23 comentarios:

lopillas dijo...

Yo casi que emasculaba directamente a todo aquel que emitiera una bula así. O asao.
No sabía yo de esta diferencia con los eunucos, que esa es otra.

Un besote, profe salao

TORO SALVAJE dijo...

Como dice lopillas asao me parece perfecto.
Y luego se echa a los cocodrilos.

Saludos.

Gizela dijo...

Qué historia Carlos!!!
Impresionante!!!!
La verdad es que el genero humano asombra muchas veces por su estupidez y su barbarie.
Esta historia es una de "esas"
Besotes grandes
Gizz

Un chico de Lima dijo...

genial..

Lara dijo...

¡Que pena!

albo75 dijo...

Ouch!

Anónimo dijo...

OOOOUUUUUCH!!!!

Nunca sabremos cuales son los límites del hombre!!!

Beso!

KARMILA dijo...

Aouchhhhhhh hasta a mí me dolio y eso que no soy niño¡¡ que horror¡¡

Pero creo que siempre han sido injustas con las mujeres a lo largo de la historia, ni hablar¡¡

Ya ven¡¡ Nadieeeeeeee puede igualar nuestra dulce y candida voz aun aunque les corten el :x bueno tu entiendes jajaja

Besos niñote¡¡

Maria C dijo...

"I castrati" o "Gli angeli controvoglia"(los angeles contra su voluntad)fueron sin dudas una sensacion de la epoca en varios campos no solo en escena.Saludos

Anónimo dijo...

muy doloroso lo que cuentas, en muchos sentidos

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Impresionante esa práctica, debe ser difícil una vida sin sexo, para los que no podían tener erecciones.

Una vida tan corta y una práctica tan salvaje, fue algo terrible, que época más terrible.
Saludos

Georgells dijo...

Es asombroso en verdad hasta dónde puede llegar una determinada cultura conforme va retorciendo sus necesidades... Dado que las mujeres no podían cantar en recintos sagrados, dimos el salto cuántico a la castración... ufff!!!

Esos muchachos me dan pena, es verdad, aún a pesar del posible éxito y las quizá positivas consecuencias en su desempeño sexual... nada como hablar como hombre... ;)

Abrazo!

G.

Unknown dijo...

De Moreschi aún se conserva alguna grabación. No estoy seguro pero creo que es el único castrati del que aún se tienen grabaciones.

Aquí puedes escuchar (malamente, eso sí) una de sus interpretaciones:

http://www.youtube.com/watch?v=slhhg8sI6Ds

Un saludo :)

GABU dijo...

Creo que no estoy nada bien,luego de leer tus palabras,fuì nuevamente a fijarme el tìtulo del pòstulo porque algo no me coincidìa y evidentemente yo sigo como leyendo tìtulo CATARSIS (?) vaya uno a saber que me querrà decir el INconsciente,no?? ¬¬

P.D.:Vi la pelìcula acerca del fabuloso FARINELLI y a pesar de no entender los motivos absurdos de ciertas èpocas es increìble lo que con su voz producìa...
Y las mujeres tampoco se quedaban atràs con sus fanatismos,eh?!

BESITOS CATÀRTICOS :S

Belén dijo...

Ostras pedrín, la parte de cómo eran castrados con opio lo ha visto en mi mente... la bomba, vamos

Besicos

Martin Bolivar dijo...

Verdaderamente impresionante la entrada. Yo también vi la película sobre Farinelli, un film extraordinario.

angel dijo...

Veridica e impressionante. Mais impressionante porém é a própria igreja que nada fazia, ou até pelo contrário apreciava este tipo de coisa para obter vozes angelicais.
Angel

esteban lob dijo...

Hola Carlos:

¡Menos mal que a mí me operaron de hernia inguinal después de los primeros años del siglo 20!

Un abrazo.

Mar y ella dijo...

Que horror ,iba leyendo y decía madree mía....ufff conocía de estas parcticas pro laguna lectura,pero no concía lso detalles....imrpesionante...



besitosa..
Mariella

Juan Yañez dijo...

Magnífico artículo, Carlos. Los Castrati dan para mucho. Me interesé tambien en el tema. Eran unas voces de una calidad extraordinaria. Muchas veces superaban a las sopranos y hasta conseguían registros
más agudos que éstas. Lamentablemente casi no quedaron documentos grabados. Hubo uno de ellos que tenía mujer e hijos propios. Afirmaba que había nacido con tres testículos. Por ello luego de castrarlo pudo procrear con el tercero. Felicitaciones, Hasta siempre...Juan

BELMAR dijo...

http://1.bp.blogspot.com/_jCscKrxTDyQ/SS556IaYpjI/AAAAAAAAA30/WWbT7OSuGKk/s1600-h/hope_for_the_spring_by_art_of_jaymee.jpg

Gabiprog dijo...

Que sensaciones tan agridulces tiene el tema de esta entrada...
fiiiuuu!

;)

Juan Yañez dijo...

Sigue siendo un tema apasionante.Cuantas historias,pasiones, fustraciones, sufrimientos y gloria....

 
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