Harriet Tubman nació en 1820 en una plantación de Bucktown, Maryland, hija de esclavos. Sus padres eran Benjamin y Harriet Greene Ross, un matrimonio que tuvo once hijos.
Su nombre real era Araminta por lo que cuando era pequeña la llamaban "Minty", aunque en la vida de los esclavos la niñez no duraba mucho. A los once años dejó de usar el nombre de Araminta y pasaría a usar el mismo que su madre, Harriet.
Desde que "Minty" tenía cinco años comenzó a trabajar en el servicio doméstico, y ya desde esa edad, era castigada físicamente por sus propietarios debido a su carácter rebelde. Siendo adolescente, sufrió una fuerte herida en la cabeza cuando uno de sus amos la alcanzó accidentalmente con un objeto pesado que había lanzado contra otro esclavo. Como consecuencia de este golpe, Harriet sufrió ataques de apoplejía, dolores de cabeza y episodios de hipersomnia a lo largo de toda su vida.
Este episodio la marcó profundamente, y desde ese momento nunca pensó en otra cosa que no sea alcanzar la libertad, y si para ello era necesario huir, pues huiría.
Con apenas diez años empezó a trabajar en las plantaciones de algodón, un trabajo muy duro y con jornadas de trabajo interminables. Un día mientras laboraba oyó hablar por primera vez de algo llamado El Ferrocarril Subterráneo. Era muy habitual que entre los esclavos circularan historias, reales o inventadas, de otros esclavos que habían conseguido huir y alcanzar la libertad.
A la edad de 24 años, Harriet fue obligada por su amo a contraer matrimonio con John Tubman, otro esclavo de la misma plantación con el que tuvo dos hijos.
Cinco años después, en una oscura noche del verano de 1849, decidió escaparse de forma definitiva, pero lo extraordinario es que lo hizo guiándose únicamente por La Estrella Polar. Quiso llevar a su marido e hijos con ella, pero John se opuso. Tuvo miedo y trató de disuadir a Harriet, pero no hubo caso, ella no daría marcha atrás.
Era una decisión muy peligrosa, pues los blancos esclavistas ponían todos los medios para recuperar a los esclavos, desde patrullas armadas a caballo, a perros de presa, letreros que anunciaban recompensas por capturar a los fugitivos, etc.
Siguiendo La Estrella Polar y en ocasiones la ruta del ferrocarril, logró llegar a la llamada línea Mason-Dixon, que dividía a los Estados de Virginia y Pennsylvania, o lo que es lo mismo, el Sur esclavista y el Norte abolicionista.
Harriet logró llegar a Filadelfia, encontró trabajo y pudo rehacer su vida. Sin embargo para ella eso no era suficiente, ya que sabía que su familia y miles de personas de su raza seguían esclavizados. Por eso Harriet entró en contacto con el pujante movimiento abolicionista, y se dedicó desde ese momento, a luchar de forma incansable por la libertad de los esclavos que aún permanecían en el Sur, y en innumerables ocasiones hasta arriesgó su propia vida en sus viajes de regreso.
Lo primero que hizo, fue volver inmediatamente a Maryland para rescatar a su familia. Luego, poco a poco fue sacando del estado a sus diversos parientes, en ocasiones guiando personalmente a docenas de esclavos por distintas rutas. Viajando de noche y en extremo secreto.
El nombre de Harriet Tubman ira siempre ligado al Ferrocarril Subterráneo, que ni era un ferrocarril ni era subterráneo.
El Ferrocarril Subterráneo (Underground Railroad) fue una red clandestina organizada en el siglo XIX en Estados Unidos para ayudar a los esclavos afroamericanos que se escapaban de las plantaciones.
Esta red estaba formada por afroamericanos que habían sido esclavos y por activistas blancos simpatizantes del movimiento abolicionista.
El nombre de Ferrocarril Subterráneo viene por el hecho de que sus miembros utilizaban términos ferroviarios de modo metafórico para referirse a sus actividades y rutas.
Otros activistas establecían "estaciones" del ferrocarril, que no eran más que casas particulares amigas donde los fugitivos llegaban y podían esconderse, comer, descansar, recibir asistencia medica, e información sobre la siguiente etapa del viaje. Por ejemplo el matrimonio de cuáqueros formado por Levi y Catherine Coffin, que vivian en Newport, Indiana, fueron jefes de "estación" por más de veinte años y en este tiempo pasaron por su casa unos 2.000 esclavos fugitivos.
Los fugitivos eran los "pasajeros". Las rutas de escape se llamaban "carriles". La jefatura era la "Estación Central", y los estados del norte eran el "destino".
Los miembros de Ferrocarril Subterráneo operaban en la clandestinidad y normalmente sólo se conocían entre si por sus seudónimos, para no comprometer su seguridad. También hacían jurar a los "pasajeros" que guardarían el secreto.
Harriet Tubman fue la "conductora" más popular en la historia del Ferrocarril Subterráneo, y en su labor regresó hasta 19 veces al Sur para ayudar a escapar a cientos de esclavos. Los blancos esclavistas llegaron a ofrecer 30.000 dólares por capturarla viva o muerta, una cifra enorme para la época, pese a todo, ella prosiguió con su labor.
Harriet era conocida también por el sobrenombre de Moisés, ya que igual que el profeta bíblico condujo al pueblo judío desde la esclavitud en Egipto hacia la tierra prometida, ella conducía a los esclavos hacía la libertad. Durante el resto de su vida presumió de que "nunca se le perdió ni un sólo pasajero".
Normalmente la libertad definitiva para los esclavos fugitivos solo se encontraba en Canadá, ya que en la llamada "Ley del esclavo fugitivo" aprobada por el gobierno federal, se ordenaba a los ciudadanos blancos y a las autoridades locales, capturar y devolver a los esclavos fugados, aún en los estados del Norte donde se había abolido la esclavitud.
Harriet Tubman era una mujer pequeña, de rostro ancho y llevaba un pañuelo en la cabeza. Había desarrollado una extraordinaria resistencia física así como una gran fortaleza mental. Se calcula que fueron más de 300 fugitivos, incluida su propia familia, a los que logró llevar a la Tierra de Canaan, como se le llamaba en código a Canadá. En 1857 Harriet trasladó a sus padres desde St. Catherines, en Ontario, Canadá, donde los había llevado primero, a Auburn, Nueva York, donde compró una casa y pudieron llevar una vida normal.
En 1859 tuvo lugar otro conocido episodio en la vida de Harriet Tubman, cuando en Nueva York movilizó a miles de negros y blancos abolicionistas delante de la Corte para sacar de allí a Charles Nalle, un esclavo fugitivo al que las autoridades pretendían devolver a sus amos. Durante el altercado con la policía Harriet fue ferozmente golpeada, aunque finalmente lograron su propósito de sacar de allí a Nalle.
Durante la Guerra Civil (1861-1865) Harriet Tubman colaboró con el Ejército de la Unión, haciendo de enfermera, y también guiando a patrullas de soldados en varias incursiones en Carolina del Sur. Durante este tiempo, conoció a un soldado llamado Nelson Davis, se enamoró, y terminó casándose otra vez en 1869.
Durante el tiempo del Ferrocarril Subterráneo hasta la Guerra Civil, fueron miles los esclavos que lograron llegar a los estados norteños y Canadá, pero hubo otros destinos como el norte de México, y de hecho en Coahuila, existe actualmente un pueblo con descendientes de esos antiguos fugitivos.
Ésta excepcional mujer falleció el 10 de marzo de 1913 en su casa de Auburn, Nueva York, con una sonrisa dibujada en el rostro, recordando a los cientos que salvó de la esclavitud, ninguno de los cuales fue atrapado.
El hogar de Harriet Tubman en Auburn, Nueva York, es hoy una casa museo abierta al público.
Fuentes:
Wikipedia, NYHistory, Biografías y gracias a mi amigo Sergio de México.
26 comentarios:
Que maravilla de persona.
Un salvavidas humano.
Mi aplauso para ella.
Saludos.
Que bién lo ha dicho Torito...un Salvavidas humano....Que hermosura de mujer,de lama aguerrrida ,generosa....
Sigo aprendiéndo mas de mi mundo....contigo..
Mariella
Que bonita historia amoremio, a pesar de la trágica situación en que vivían esos seres humanos y que aún muchos siguen viviendo en esa represión y abuso, me emocioné imaginando la fortaleza de esa mujer y la de esperanzas que habrá devuelto....
Un beso enorme y apretadito....
TEQUIERO!
Es admirable conocer a esas personas que parecen no tener miedo a nada ni a nadie, son las que consiguen esas grandes azañas... grandes por la ayuda y colaboración que pueden dar a tantas personas y durante largo tiempo.
Realmente admirable Carlos
Besos
PD. Una observación... debajo de la fotografía de Harriet pone 1959, debería ser 1859 ¿no?
una historia preciosa, me encanta esa red organizada toda en nombre de la libertad, de verdad que nada hay más sagrado, ni dios mismo es superior a ella
TREMENDA MUJER.
Excepcional, que grande.
Buenísima historia. Un beso
Bonita historia, sin duda...
Bonita mujer :)
Besicos
Creo que nadie de nosotros en esta época entenderá en todo sentido la palabra LIBERTAD, para nosotros será ser libres de mente y espíritu, pero para ellos también se añade la libertad física, el hecho de que nadie puede obligarte a permanecer bajo la opresión de otro ser humano... y es que digo la gente de antes era más fuerte porque las armas con las que contaban era más su mente y voluntad que cualquier pistola...
Qué buen blog!!
Hola Carlos:
¡Que gran mujer!
Resulta indignante pese a los años transcurridos, pensar que hubieran existido partidarios de la esclavitud que actuaban con tanta saña y maldad.
Un abrazo austral.
qué fenomenal...
¡Bella historia!.
La conocía, pero no me canso de leerla.
Es esperanza de ser humano.
Hay mucha gente como ella, aun hoy día que arriesgan vida y comodidades para ayudar a otros.
Lo que pasa que el morbo, está en sólo señalar los malo del ser humano.
Besotes y linda semana
Gizz
mis respetos y aplausos para Harriet.
Gente como ella forjaron al mundo actual, pero aún así hay demasiada discriminación.
Que personaje, caramba. Eso es luchar por ideales. Realmente se ve que Harriet le tuvo mucho cariño a su raza convertida en esclava sabe Dios con que tipo de derechos. Gracias al destino que existieron gente como Harriet, que no le importó arriesgar su propia vida para salvar las de otros (y con un alto grado de eficiencia). Notable. Un abrazo.
Hola Carlos Vicente
Cómo estás?
Por cuánto tiempo me tendrás en el paredón?
No me parece justo.
No vamos a discutir en público, verdad? así que deberías hablarme..
No sé, digo yo.
Esto es mucho castigo.
Necio
Yo también te quiero mucho :)
Hola Carlos, vine a hacerte una visita, y me ha sorprendido la historia de esta gran mujer, que con DOS OVARIOS supo hacer justicia, buscar su libertad y la de sus congéneres y pudo demostrar que cuando una persona se propone algo, con la perseverancia se puede conseguir.
Un saludo.
Esta es una historia de vida apasionante amigo!!!
HARRIET ha sido para muchos la esperanza de libertad y hoy en dìa un ejemplo de vida digno de imitar...
MIS DULCES BESOS ♣
Excelente entrada (bueno, como siempre ^_^). Te queríamos invitar a que nos visites, estamos de aniversario, son ya dos años desde que decidimos compartir nuestro humor con el mundo. Por eso nos encantaría que nos visites.
Saludos.
Ecuafriki. (www.ecuafriki.blogspot.com)
Aparte Carlos de sorprenderme la historia, me sorprende más aún, el buen ojo, y la buena capacidad que tienes para hacerte de tan buenos post, no es tarea fácil reunir tanto dato, y resumirlo tan bien.
Es bien merecida tu fama, de bloguer didáctico, y me sumo a ello.
Un fuerte abrazo amigo y compañero.
Hola Carlos!
Con el último comentario he aprendido algo nuevo: que tu blog es didáctico.
Personalmente creo que aportas mucho, aunque reconozco que nunca te había aplicado el término.
Por ejemplo, con Harriet podemos aprender mucho, en varios niveles. Quizá lo más superficial es conocer la historia de esta mujer maravillosa (digna de que ya le hicieran una peli en Hollywood, aunque para como se las gastan, ella sería personificada por Halle Berry y sería una sexy ex-esclava toda la peli).
En un nivel superior podemos descubrir algo sobre la naturaleza humana, sobre cómo el clasificar a los demás como animales o cosas, de inmediato cambia mi perspectiva hacia ellos. Olvido la dignidad, la tolerancia, incluso, olvido que tienen derecho a la libertad.
Y en un nivel más profundo, me hace preguntarme si yo tengo en lo personal alguna convicción tan fuerte como ella... Algo que me haga de verdad amar la vida y pelearla hasta el final.
Eso es didáctico.
Un abrazo!
G.
Mujer excepcional y maravillosa, lo que hizo Minty es sinónimo de libertad y un ejemplo esperanzador, otro mas de los que nos enseñas.
calugazos mi volki
Mujer excepcional y maravillosa, lo que hizo Minty es sinónimo de libertad y un ejemplo esperanzador, otro mas de los que nos enseñas.
calugazos mi volki
¡¡¡Grande Harriet Tubman!!! Hermoso homenaje... me ha emocionado la inmensidad de esta mujer.
Gracias, amigo, gracias por hablarnos de ella
hoy dos besos, ea!!
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