domingo, septiembre 13, 2009

Los suicidios de Okinawa

Soy un hombre convencido de que jamás hay que olvidar los hechos dolorosos para evitar que se vuelvan a repetir.
Shigeaki Kinjo es un octogenario japonés que guarda fatídicos recuerdos del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando con lágrimas en los ojos y pidiendo perdón al cielo tuvo que matar a golpes a su madre y a sus dos hermanos menores. El aún no había cumplido 20 años.
Estos horrores se vivieron en Okinawa en 1945, y el causante directo fue el mismo ejército imperial japonés.

Shigeaki Kinjo

Okinawa no siempre fue parte del Japón. Era un reino pacifista llamado Ryukyu, próspero e independiente hasta el siglo XVII en que su isla fue invadida y finalmente Japón la anexó en 1879 a su imperio. Los okinawenses tenían su propia cultura, costumbres e idioma, que de a poco fueron borrados tras siglos de conquista. Debido a eso, estos ciudadanos siempre se han sentido los “menos japoneses” de los nipones, y eso también lo sabía su ejército durante la Segunda Guerra Mundial. De hecho, el ejército japonés desconfió tanto de ellos en este conflicto, que militarizó toda la isla porque temían que los okinawenses hicieran espionaje a favor de los Estados Unidos

El desembarco americano en Okinawa en abril de 1945, fue el más grande asalto anfibio en la campaña del Pacífico, y aquí se libró quizás la más cruenta batalla de la Segunda Guerra Mundial, con un saldo de más de 150.000 japoneses –entre soldados y civiles- muertos, y aproximadamente 50.000 aliados caídos.

Desembarco norteamericano en Okinawa

Este espeluznante número de bajas japonesas se debe en parte, a que los mismos soldados nipones obligaron a salir a los okinawenses de los refugios para usarlos como escudos humanos, y también porque coercionaron a la población a suicidarse.
Abundan los relatos sobre las brutalidades que cometió el ejército japonés, durante lo que ahí se conoce como “la tempestad de hierro”.

En marzo de 1945, ante la inminente llegada de los aliados a la isla, los soldados japoneses distribuyeron granadas a todos los habitantes, pero no para defenderse de la invasión, sino para que las detonaran y murieran con sus familias como una muestra de lealtad a su Emperador, y así evitar ser capturados por el enemigo, pues en el imaginario de la guerra esto significaba rendirse.
Los suicidios masivos se llevaron a cabo el 26 de marzo, unos días antes que las tropas enemigas llegaran.

Soldados norteamericanos asistiendo a la población

Shigeaki Kinjo recuerda que a él y a su hermano, los soldados les dieron granadas para que mataran a sus familias. Les dijeron que cuando llegaran los americanos, los iban a torturar, violar a sus mujeres y pasarles los tanques por encima. Toda la población entró en pánico.
La mayoría de las granadas eran defectuosas y no explotaban, entonces vieron a un vecino desesperado, arrancar la rama de un árbol y matar a palos a su esposa e hijos y siguieron el ejemplo con su propia madre y hermanos.

“Mi hermano mayor y yo matamos a nuestra madre, a quien nos dio la vida, porque nos atemorizaron y nos mintieron” “Si los soldados japoneses no hubieran estado allí, nunca se hubiesen dado los suicidios masivos”
Shigeaki Kinjo

Miyazato Ikue tiene 82 años, él trabajaba en una base de la armada japonesa y declara: "un soldado me dijo que cuando lleguen los americanos, debía matarme quitando el alfiler de la granada y me enseñó cómo hacerlo". Miyazato y un grupo de amigos lo intentaron pero la granada felizmente falló, días después se enteró que con su madre y hermana la granada si funcionó.

Soldados ingresando una aldea llena de suicidas

Uezu Sachiko, actualmente de 88 años, huyó junto con su madre y un grupo de vecinos a la montaña después de que el ejército les dijera que los aliados ya llegaban para torturarlos. Asegura que un soldado les pidió que se mataran por cualquier medio,"incluso arrancándose la lengua a mordidas si las tropas americanas los encontraban."
En tropeles y a empellones la población temerosa y trastornada, huyó hacia los acantilados, y del miedo infundado, miles optaron por empujar a sus seres queridos y luego lanzarse tras ellos.
Desde los buques en el océano, los soldados americanos miraban absortos cómo la gente se arrojaba al vacío.

En esa época, la orden de morir dictada por el ejército japonés, equivalía a una orden del Emperador y estaba en línea con el código de honor del ejército -senjinkun-, que decía: “No sobrevivas a la humillación de convertirte en prisionero”.

Prisioneros que prefirieron entregarse

Desde hace unos años, algunos académicos y ciertos políticos nacionalistas han tratado de esconder éste capítulo vergonzoso de su historia, presionando para que se omitan estos hechos en los nuevos textos educativos de su país.
Realmente sería una pena que los japoneses borren de la memoria colectiva un hecho tan doloroso, pues ya lo dijo el filósofo George Santayana: "Aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo".

Fuentes:
NYTimes
MagazineDigital
LaNacion

47 comentarios:

Tm dijo...

que impresionante es ver como la maldad humana supera cualquier limite...

Mariluz GH dijo...

¡¡qué horror!! Somos peores que los animales salvajes...
yo no vivo del pasado (aunque ahora vaya recordando mis puntos locos ;-)) pero ciertamente pasajes como éste, de la Historia, no se deben olvidar para que no vuelvan a repetirse.

Besos Carlos

Jake dijo...

lei...
me dolió...
pero es bueno NO olvidar
para que no se repita.


un abrazo grande
Jake

Chaulafanita dijo...

Hola Carlos, vaya que terrible historia. Cuantas maldades se comenten y cometieron en este mundo. Es increíble pensar que el ser humano pueda hacer tanto dano.
Te mando un saludo y como siempre gracias por estos post que nos devuelven a la realidad.

Betty dijo...

Mi familia es de Okinawa, y yo ya sabía que no siempre fue parte de Japón. Cómo me dolió leer este post!
Estoy totalmente de acuerdo no se debe de olvidar los horrores vividos para que no se repitan.
Saludos!

Un chico de Lima dijo...

qué ha venido sucediendo con la humanidad?

pues oye... es un post lleno de emociones!

Mafalda dijo...

El ser humano jamás dejará de sorprenderme desde su lado más obscuro; jamás entenderé por que las ansias y locuras de un solo ser nos ha podido dominar por tnto tiempo; lease emperador, presidente o militante... Somos solo una triste raza que no sabe más que matarse entre ellos...

Gizela dijo...

Por Dios!!!
Qué historia...
Se me eriza la piel, y sólo la estoy leyendo.
No puedo siquiera imaginar, el horror de estar ahí.
Asombra ver con cuanta facilidad el ser humano, se puede convertir en bestia feroz
A veces me pregunto de que están echos algunos humanos, que logran borrar completamente la compasión y la humanidad de su interior.
Ojalá, la historia no se suprima de los textos.
Pues tienes mucha razón.De por si aparentemente el hombre es una bomba de tiempo, que fácil explota en odio, que peligro para las generaciones futuras, no saber la extensión de algunas demencias colectivas.
Un besote Carlos y linda semana
Gizz

Vere dijo...

Hay veces que siento un abismo cultural ente los orientales y nosotros.... yo creo que jamáz hubiera matado a mi madre y hermanos... a nadie en realidad, pero en esa época las cosas eran distintas, y el miedo que debió haber infundido el ejército japonés en la gente debe haber sido increible... es decir.,.. efectivamente entraron en un pánico que los llevo a ese fin.

Me da mucha pena este relato, sin embargo tienes mucha razón, la historia no se debe olvidar, los errores no se debieran volver a repetir... Yo espero que por lo menos en mi país no ocurra.

Un Beso Carlos
Gracias

Angélica dijo...

Un pueblo que no conoce su historia está obligado a repetirla. Y eso es lo que a mí me molesta, que no exista memoria para cosas importantes y que la gente se preocupe de puras webás que ven en la tele y no de las raíces de nuestro país. Ese hecho ocurrido allá en Japón debe registrarse en la historia y ser conocido por todos, para que no vuelva a ocurrir. Es muy triste y lamentable lo que sucedió.

Besos mi querido Carlos... quedan cuatro!!!!

carola315 dijo...

"Soy un hombre convencido de que jamás hay que olvidar los hechos dolorosos para evitar que se vuelvan a repetir".
Soy una mujer convencida de exactamente lo mismo Carlitos. También estoy convencida de que el poder enajena y estas historias dan pena ajena porque los niveles de maldad del hombre en ocasiones no conocen limites.

Saludos.

Unknown dijo...

pero lo más trágico es que siempre se repiten

Lara dijo...

Terrible historia Carlos.

TORO SALVAJE dijo...

Qué horror.
Pero como puede llegar el ser humano a matar a sus propios padres?
Debían estar en un estado de locura colectiva.
Tremendo.

Saludos.

Belén dijo...

La historia la escribe quien gana, por eso algunos episodios están callados...

Tanta cosa con lo que hicieron los nazis en la segunda guerra, y los americanos se cargaron de un plumazo a unos cuantos japoneses con dos bombas, y volvieron como héroes!

Besicos

Gabiprog dijo...

Hay episodios que deben convertirse en lecciones para el ser humano.

Un abrazo.

esteban lob dijo...

Hola Carlos:

En un ranking de horrores, las barbaridades que recuerdas deberían estar disputando los primeros lugares.

¡Y pensar que en la larga historia de la humanidad, pasó "ayer" nomás!

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Fíjate, me sacastes de una gran confusión, digamos, falsedad. Hasta leer tu nota , yo creía que esos suicidios, los cuales se puden observar en documentales de la época, eran producto del fanatismo. Ahora me entero que era debido a una manipulación de la propaganda.

QUÉ IMPORTANTE ES ESTE POST

Anónimo dijo...

Que crudo pasaje de la historia, cuantas cosas he aprendido de tu blog, cuantas historias a punto de perderse!

Gracias Carlos por abrirnos los ojos a la otra realidad que por vanalidades de la vida pasamos por alto.

Fijate que cuando veo a mi madre, le cuanto lo que leo en tu blog, y no solo a ella!

Un beso!

Etéreo dijo...

Menos mal somos seres racionales... Este tipo de circunstancias y hechos son los resultados de los corazones de las personas que cada dia son mas frios. Actualmente no estamos lejo de este hecho, considero que las bombas que han caido en Palestina, Irak, Afganistan, por citar algunos ejemplos. Han acabado con familias enteras!

Cecy dijo...

Me quedo con la frase de Santayana.¨Por lo demás es horroroso.

Besos querido, Carlos.

Josete dijo...

Si ya de por si son terribles las guerras, usar a la población como escudos es aun más detestable.
Terrible historia.

GABU dijo...

Me fue imposible leer esta historia y mantenerme impasible mi querido amigo... =(

Realmente las aberraciones no tienen lìmites dentro de la conducta humana!!

P.D.:Ademàs los japoneses tienen una mentalidad demasiado ligada,en cierto modo a la honorabilidad y por lo visto encontraron perfectamente la manera de vulnerarla,eh?!

HORROROSO!!

TE DEJO BESITOS CALIDOS ♣

DANI dijo...

Las guerras son tremendas, no sólo se matan unos a otros, sino que también entre ellos, tanto física como psicologicamente. :((

Un abrazo pacífico

Georgells dijo...

¡Qué buen tema Carlos! (como de costumbre).

Por supuesto los hechos son terribles, sin embargo, en la historia de la humanidad fueron repetidos en muchas ocasiones. Cuando uno piensa en las ciudades sitiadas durante el medioevo o en las luchas entre romanos y pueblos conquistados, es fácil entender que la violencia y la dureza eran parte de la vida.

Matar a una madre, hoy, es absolutamente impensable. En ese momento, en esa cultura, en ese contexto, fue una salida honrosa. Por supuesto que hubo manipulación y propaganda, pero también hay que hacer el esfuerzo por entender un mundo que nos es ajeno. Culturalmente el honor es un concepto que ha justificado situaciones terribles, allá en Japón, en Europa y también por acá, en América...

Hay que entender los hechos desde su cultura, pues desde la nuestra se vuelven inexplicables. Eso me parece verdaderamente fascinante...

Abrazo!

G.

GerardoA dijo...

Mi estimado cronísta exelente nota. jamás debemos olvidar los hechos de la historía, en especial los fatidicos, para no repetirloa nunca más. Tu nota me anima casi a publicar los rostros del terror del juicio de muremberg, pero sería mejor si tu lo hicieras. es una sugerencia humilde de este navegante amigo. Un abrazo. Kadosh G.A.

GerardoA dijo...

Disculpa habia olvidado decirte que en mi ciudad, maracaibo. Zulia Venezuela. tenemos un club muy famoso fundado en 1974 por inmigrantes japoneses llamado Okinawua club.

Recomenzar dijo...

Increible tu blog Carlos tiene un sabor diferente al resto de los blogs besoo

Situco dijo...

joer que fuerte..... ufff

abrazotes amigo

Unknown dijo...

que horror

Unknown dijo...

La naturaleza humana muchas veces es miserable, este es un ejemplo de ello

lopillas dijo...

Mira que lo estoy intentando, pero me es imposible ver un asomo de honor en semejante acto de cobardía.
Que la vida no nos ponga nunca en ese brete, no obstante.
Un abrazo, Carlos

M. dijo...

Esto demuestra lo frágil y maleable que puede ser la mente humana... Cualquier tirano, loco o desalmado nos puede manipular facilmente...se me pone la carne de gallina al pensar que cualquier sociedad de este siglo XXI puede ser inducida a cualuier acto contra natura. Excelente post Carlos (como siempre y gracias por ello). Un besito

cieloazzul dijo...

Ay no amoremio... seré una cursi empedernida, pero asi como estála vida yo prefiero que vuelvas a tus historias de amor y finales felices... anda si?
que con ésta casi me da algo de leer tanta injusticia y maldad...
te beso, te beso...

Jackie dijo...

Te imaginas matar a tus hijos?
Supongo que debe ser gente muy pobre e ignorante para ser susceptible de semejante lavado de cerebro... que horror.

Carlos dijo...

Carlitos, sobre el desembarco norteamericano están muy buenas las dos películas que filmó Clint Eastwood, acerca del hecho histórico en sí, cada una desde un punto de vista diferente (el norteamericano y el japones)

Como siempre, una narración educativa y atrapante.

Un abrazón.

Rolando dijo...

Ay, ay, ay; Reyes, Presidentes, monarcas de toda laya en el mundo y en el tiempo, sean de cualquier color o signo ideológico. Cuanto dolor y sufrimiento causaron y siguen causando a sus congéneres.
Para mí, "La historia no se repite, lo que se repite son idiotas que no leen la historia" -rlv-

mi dijo...

Si...quedó claro lo de que no olvidas. Pero no es justo.

mi dijo...

Suasnavas, aparece...

Mar y ella dijo...

Uffffffffff...entre más conozco al ser humanos ,más amo a mi perrita Antonia...
La estupidez humana es incomensurablemente infinita.....
Tus relatos sobre estas historias ,me gustan mucho.
Cariños
Mariella

mujeresdesincuentay dijo...

Realmente es un HORROR !! nos hemos convertido en los màs salvajes Animales del Planeta.
Saludito
Cris // mujeresdesincuentay

Diego Fabián dijo...

Terrible tragedia... Esto es algo que jamás imaginé que hubiera sucedido...

Estoy firmemente convencido que la ignorancia es la madre de todos los errores y horrores de la humanidad... En este caso, la ignorancia y el fanatismo del ejército y del pueblo hacia su Emperador los llevó a creer y cometer semejante locura...

Ciertamente, la humanidad aún no abandona esa ignorancia y fanatismo...

Un abrazo, amigo...

El antifaz dijo...

Casualmente escribí hoy sobre alguien que participó en la segunda guerra mundial; pero desde otra perspectiva.
Saludos.

Anónimo dijo...

Excelente post. Saludos.

Martha Colmenares dijo...

Muy bueno el reportaje. La verdad no conocía sobre estos hechos tan crueles, una cruenta historia, y llama a la reflexión, cosas que nos están prohibidas olvidar, preciso mostrar que eso ocurrió.
Un abrazo, Carlos

Darío Granato dijo...

Normalmente cometemos el error de juzgar a otra cultura desde la nuestra pero como decía mu abuelo, "que animal grande es el hombre"

Unknown dijo...

Impresionante relato. Sin embargo, no sé si se trata de propaganda americana pura y dura o si, por el contrario, tiene más de verdad.

La cultura japonesa es muy distinta a la occidental. En el antiguo Japón, y también en aquellos años, el perder una batalla, más aún una gran guerra, suponía un enorme deshonor. Los "culpables" directos, los soldados, con tal de no mancillar también el honor de su familia, se quitaban la vida en el rito del seppuku (no confundir con el suicidio occidental), ese mismo que ocurre en la peli El Último Samurai, tras la primera batalla, y por la que Cruise tilda al General enemigo de cobarde (cuando le hacía un favor a su amigo al asisitirle). Del mismo modo, muchos japoneses se vieron arrastrados por este patriótico sentimiento de culpabilidad y comentieron "suicidios" en masa, como aquí se describen. ¿Que los japoneses mintieron a la población? Podría ser... Pero no olvidemos que los americanos tildaron a los japoneses de cobardes por no declararles la guerra antes de atacar Pearl Harbour y, sin embargo, sí que lo hicieron, y eso pese a que en la costumbre oriental un guerrero DEBE ESTAR PREPARADO SIEMPRE para la guerra, por lo que no debían hacerlo. No me extrañaría que la explicación yanki a esta muestra de fervor fuese lo que inspirara este relato.

Enhorabuena por el blog.

 
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