Gauchadas

En un sobre de papel madera, con la inscripción “fotos del desfile” volví a encontrar su foto.
Tenía ese olor a guardado y las típicas manchas de humedad mezcladas con lo ardido, que toman los papeles cuando pasan mucho tiempo encerrados en la oscuridad de un viejo cajón.
No sé si hoy sus ojos tendrán la misma ternura de entonces… si seguirá frunciendo el seño cuando lo hacen enojar… si su sonrisa de dientes blancos y perfectos, hoy seguirá siendo tan franca y dulce como cuando tenía once años…
Hoy me envolvió la calidez de su recuerdo, cuando lo vi en la foto vestido de gaucho, parado a mi lado y mirándome de reojo con esa picardía infantil, mientras yo jugueteaba con mis trenzas de paisanita entre mis manitos nerviosas…