Un Domingo cualquiera

El domingo pasado estuvimos de asadito en casa. Típica reunión familiar en muchos hogares argentinos, donde nos juntamos varios primos, tíos y nunca falta algún amigo flotante, que ese día se queda solo y a la deriva... esos almuerzos generalmente son largos y la sobremesa se extiende hasta las 5 ó 6 de la tarde.
La idea de reunirnos comienza a la mañana temprano, cuando empezamos a llamarnos por teléfono y a mandar mensajes a los celulares, para saber quien está libre y dispuesto a prender el fuego temprano.
A eso de las 11 a.m. llega el ASADOR, con la leña y la carne para ponerse manos a la obra... los demás van llegando de a uno, algunos con las ensaladas, otros con algún postre...aunque nunca falta el que llega con las manos vacías... la oveja negra de la familia!!
El almuerzo se hace largo, entre charlas, chistes y anécdotas las horas van pasando y nos olvidamos del mundo. Cuando llega el postre es inevitable un cafecito bien cargado para acompañarlo...
Se hacen las cuatro de la tarde y todos seguimos sentados alrededor de la mesa como si recién comenzáramos a almorzar, entonces... para no estar de boca seca, aparece el infaltable mate amargo... sí, el mate!! Nuestro compañero incondicional y con él, la típica torta dominguera, también llamada torta de mate... y así seguimos comiendo y alimentando nuestros corazones de recuerdos...
La reunión termina después de media tarde, luego de haber charlado bastante y habernos puesto al día contándonos todas las novedades de la semana.
Cada uno marcha para su casa, a dormir temprano, porque el lunes es día de trabajo.

...será hasta el próximo domingo que volvamos a encontrarnos.