Esta foto fue tomada en 1890 y muestra a Robert McGee, quien fuera el único sobreviviente de una caravana que sufrió el ataque de indios norteamericanos, para quienes el mayor trofeo de guerra era llevarse el cuero cabelludo del enemigo.
Era el verano de 1864 en algún lugar de las llanuras del oeste de Kansas. Una caravana de comerciantes llevaba suministros hacia Port Union, Nuevo México, y como usualmente lo hacían, se detuvieron para cenar y pasar la noche.
En la oscuridad fueron atacados por una tribu Sioux presuntamente liderada por el famoso jefe indio Little Turtle. Todos los miembros de la caravana fueron torturados y ejecutados de forma espeluznante.
Al día siguiente un grupo de exploradores encontró el sitio de la masacre y pudo socorrer a Robert McGee que había sobrevivido milagrosamente pero se encontraba en muy malas condiciones. Para esa época Robert era un muchacho de apenas 13 años que se desempeñaba como arriero de caballos. Le habían arrancado toda la piel de la cabeza y tenía dos flechas incrustadas en su espalda.
Fue llevado inmediatamente hacia la caravana más cercana para que pudieran hacer algo por él, donde se recuperó poco a poco para convertirse en una de las pocas personas que han quedado vivas luego de ser arrancadas el cuero cabelludo.
Debido a las limitaciones de la medicina hace 150 años, Robert McGee debió resignarse a vivir de esa forma, utilizando eso sí, siempre su sombrero. En la foto que vemos, McGee ya llevaba viviendo más de 25 años mostrando los huesos del cráneo.
No está claro si los de su gran barba fue para compensar el incidente...
Fuentes:
Old Photos, Lisa's History Room
domingo, mayo 30, 2010
Con el cráneo al aire
miércoles, mayo 26, 2010
Carta de Fidel Castro cuando era niño
Franklin D. Roosevelt fue el único presidente de los Estados Unidos que ha ganado cuatro elecciones presidenciales en esa nación. Durante todos esos años en el poder (1933-45), recibió miles de cartas enviadas por sus ciudadanos, de las cuales un gran número eran de niños que le deseaban suerte en sus decisiones, especialmente en la época de la Segunda Guerra Mundial.
En los Estados Unidos, todas las cartas que reciben los mandatarios son guardadas en las bibliotecas presidenciales o en el Archivo Nacional de los Estados Unidos. En este último hay una carta que recibió el Presidente Roosevelt en 1940 y que está firmada por un niño cubano llamado Fidel Castro.
El entonces niño Fidel Castro saluda muy afectuosamente al Presidente Roosevelt y le pide que le obsequie un billete de $ 10 ya que nunca ha tenido la oportunidad de tener uno de esos verdes billetes en sus manos.
Con una redacción infantil y un inglés bastante pobre y repetitivo, el futuro líder cubano también le ofreció ayuda para el sector industrial, poniéndole a su disposición "las minas de hierro cubano para la construcción de buques". Con apenas 12 años ya podemos ver los alcances que tenía el futuro dictador, todo era cuestión de tiempo. Pero mejor les dejo la traducción de la carta para que ustedes mismos lo vean:
"Santiago de Cuba
6 de Noviembre de 1940
Señor Franklin Roosevelt,
Presidente de los Estados Unidos"
"Mi buen amigo Roosevelt. No sé mucho inglés, pero lo suficiente para poder escribirle. Me gusta escuchar mucho la radio y estoy muy feliz de haber oído que usted va a seguir siendo Presidente..."
"Yo tengo doce años, yo soy un chico pero yo pienso mucho...."
"Si le parece bien, envíeme un billete verde estadounidense de diez dólares en la carta porque nunca vi un billete verde estadounidense de diez dólares y me gustaría tener uno".
“Mi dirección es
Colegio de Dolores
Santiago de Cuba
Oriente Cuba."
"Y si quiere hierro para hacer sus barcos yo le puedo enseñar donde están las minas de hierro más grande de la tierra. Están aquí en Mayarí, Oriente, Cuba."
Es destacable la audacia de Fidel, de escribir esta carta sin ayuda de nadie y sin importarle las limitaciones en el idioma para hacer su petición. Más aún en una época en que Europa se desangraba a causa de Hitler y los Estados Unidos dudaban entre sí entrar o no al conflicto. No sé si a esa edad este niño se haya dado cuenta de que los Estados Unidos necesitaban todo el hierro posible para la construcción de sus buques y maquinaria bélica.
La Casa Blanca tiene hasta ahora una oficina dedicada exclusivamente a responder y tramitar la correspondencia que reciben los presidentes. Fidel Castro recibió la respuesta agradeciendo su misiva, pero nunca recibió los $ 10.
En 1975 el propio Fidel le confesó a un reportero, que aunque el dinero nunca llegó, él se convirtió en el héroe de su escuela cuando le fue entregada la contestación. La carta que recibió como respuesta fue expuesta en el tablón de anuncios durante una semana completa.
Este mismo niño, después de algunos años se convirtió en el hombre que llegó a condenar hasta con 20 años de prisión a quienes fueran encontrados con un dólar norteamericano, la moneda del enemigo; también prohibió que los niños y sus familias se cartearan con familiares del extranjero por temor al "diversionismo ideológico".
Un dato curioso es que Fidel Castro nació en 1926 y la carta la escribe un 6 de noviembre de 1940, y se sella el 25 de noviembre del mismo año en el Departamento de Estado, por lo que no tiene los 12 años que escribe en su carta a Roosevelt. Cuando Castro escribe la carta tiene 14 años y hasta se da el lujo de mentirle al presidente norteamericano.
Entre otras interesantes cartas que son guardadas en el archivo nacional se encuentra la de un niño llamado Andy Smith, quien le escribió a Ronald Reagan en 1984 solicitándole fondos federales para ayudar a limpiar su habitación.
Otra de las cartas archivadas, es la de tres niñas de Montana suplicándole al Presidente Eisenhower que absuelva al cantante Elvis Presley del servicio militar obligatorio, porque no podrían soportar verlo con las patillas afeitadas.
Fuentes:
Meridianos, Enrique Meneses, Newsmine Leia Mais…
domingo, mayo 23, 2010
Los preferidos de Mengele
Durante los dos años siguientes la familia Ovitz continuó viajando, pero la mala fortuna quiso que se encontrasen en Hungría cuando las tropas alemanas ocuparon el país. El mes de mayo de 1944 fueron capturados, subidos a un camión y trasladados hacia Auschwitz.
La mañana del 18 de mayo de 1944 el doctor nazi Joseph Mengele se encontraba en su laboratorio de Auschwitz, cuando fue informado de la llegada de un nuevo tren de prisioneros. Mengele se dedicó inmediatamente a separar en dos columnas a los cientos de prisioneros que llegaban, una su izquierda y otra a su derecha. La columna de su izquierda estaba destinada para los ancianos, discapacitados y niños que enseguida eran conducidos a los grandes hornos, que por aquella época se encontraban trabajando al máximo. De uno de estos vagones bajaron los hermanos Ovitz y fue indescriptible la sonrisa que se le dibujó en el rostro a Joseph Mengele, acababa de recibir un regalo del cielo.
Mengele quedó inmediatamente impresionado con la curiosa malformación que presentaban los hermanos, a tal punto que decidió separarlos del resto y ordenó que se les instale en una celda especial, aislados del resto de prisioneros con el fin de evitar que fueran aplastados o estropeados por el resto de gente. No se les dio uniforme a rayas y se les permitió conservar la ropa que llevaron, pero a cambio de estos privilegios tuvieron que pagar un precio muy alto; se convirtieron en conejillos de indias del excéntrico doctor, que hasta hace poco había estado fascinado con su grupo de gemelos y siameses, con quienes practicó crueles experimentos llegando al punto de diseccionarlos vivos. El "Ángel de la Muerte" -como era llamado Mengele- había encontrado un nuevo hobbie.
El médico estaba encantado con los Ovitz y llegó a decir: “Ahora tendré trabajo para los próximos veinte años; ahora la ciencia tendrá un tema interesante en el que pensar”.
Se enorgullecía de tenerlos para sus experimentos y preparaba conferencias para sus superiores en las que, mientras él exponía sus demenciales teorías, los hermanos permanecían de pie y desnudos sobre una tarima, como animales de exhibición.
Elizabeth Ovitz recordaría tiempo después sus vivencias en el campo de concentración de Auschwitz:
“Los experimentos más terribles de todos eran los ginecológicos. Nos ataban a la cama y comenzaba la tortura. Nos inyectaban cosas en el útero, nos extraían sangre, nos hurgaban, nos agujereaban y nos sacaban muestras. El dolor era insoportable. El médico que dirigía los experimentos se compadeció de nosotras y solicitó a sus superiores que se detuvieran para no poner en peligro nuestras vidas.“Cuando no estaban en el laboratorio, Mengele se comportaba con total naturalidad con los Ovitz. El más pequeño de la familia no llegaba a los dos años y se encontraba desnutrido y lleno de heridas por las extracciones de sangre, sin embargo, Mengele lo tomaba entre sus brazos y jugaba con él haciendo que lo llamase tío. Incluso llegó a filmar una película de los Ovitz para uso y disfrute del propio Adolf Hitler, donde se podía ver a la familia aterrorizada y cantando en alemán.
“No sé si nuestro físico influyó en Mengele o si los experimentos ginecológicos sencillamente se completaron. En cualquier caso, los detuvieron y comenzaron otros. Nos extrajeron líquido de la médula espinal y nos enjuagaron los oídos con agua extremadamente fría o caliente, lo que nos hacía vomitar. Posteriormente comenzó la extracción de pelo, y cuando ya estábamos a punto de derrumbarnos, iniciaron dolorosas pruebas en las regiones del cerebro, la nariz, la boca y las manos.”
De todas formas los hermanos corrieron con suerte, ya que no terminaron como los gemelos o siameses ni como el resto de pacientes de Mengele, a muchos de los cuales mató con sus crueles experimentos o los dejó con varias discapacidades de por vida, como a los gemelos que inyectaba extrañas sustancias en los ojos para cambiarles su color y sólamente les provocó ceguera.
Afortunadamente el médico alemán recibió noticias de la próxima caída de Alemania y abandonó el campo de concentración.
Diez días después las tropas soviéticas llegaron a Auschwitz y liberaron a los prisioneros el 27 de Enero de 1945, y tras ocho meses de confinamiento y tortura, los Ovitz eran la única familia que había logrado salir de allí completa.
Fuentes:
Página 12, El Baúl de Josete, Un barco más grande, Xeduced Leia Mais…
martes, mayo 18, 2010
Masacre en la Amazonia
En la década de los ochenta una trágica noticia conmovió al mundo; un sacerdote español y una monja colombiana, misioneros en la selva ecuatoriana, fueron abatidos por las lanzas de la tribu de los 'Tagaeris', quizá la única tribu americana que aún no tiene contacto con la civilización.
Los Huaorani son un pueblo de indígenas nativos americanos que habitan al noroccidente de la Amazonia, oriente de Ecuador, y que fueron los últimos indígenas en conservar intactos sus orígenes ancestrales después de la conquista española. Siempre evitaron el contacto con la civilización, pero sus primeros roces con el hombre blanco se dieron por medio de los evangélicos en 1956, cuando estos misioneros se adentraron en la selva amazónica ecuatoriana y desde el aire les lanzaban obsequios que consistían en herramientas como machetes, picos y palas. Luego, los primeros cinco misioneros que se atrevieron a ingresar a su zona el 21 de enero de 1956, fueron encontrados muertos al poco tiempo atravesados por sus lanzas.
A partir de este incidente, el gobierno ecuatoriano los reconoció como etnia y les adjudicó 1600 km² de su selva amazónica. La población actual de aproximadamente 3000 huaoranis se divide en unos 30 clanes o comunidades que viven separadas e independientes unas de otras. Bien o mal han llegado a convivir pacíficamente con el hombre blanco ya que son vecinos de las grandes petroleras y madereras, las cuales poco a poco los van desplazando de su entorno natural. De estos 30 clanes, hay uno que nunca quiso tener contacto con la civilización y se aisló completamente adentrándose en lo más profundo de la selva. Éstos son los temidos Tagaeris.
Los Tagaeris fueron descubiertos en 1966 y de ellos sólo se sabía que eran un pueblo guerrero que no quería ningún contacto con la cultura occidental ni con otras tribus. Después de un fugaz encuentro con unos sacerdotes capuchinos, estos indígenas volvieron a desaparecer dentro de la selva y nunca más se supo más de ellos. Los ecuatorianos ni siquiera se habían enterado de que un pueblo antiguo había desaparecido para siempre sin haber tenido siquiera la ocasión de conocerlo. Tampoco les interesó mucho a las autoridades.
Hubo un sacerdote español que decidió seguirles la pista, se llamaba Alejandro Labaka y era obispo de la provincia amazónica de Orellana. Este misionero se dedicó 25 años a la defensa de los huaoranis de la selva ecuatoriana. Aprendió a vestir, a comer, a vivir como ellos y hasta a hablar su lengua, el huao. Y esta amistad llegó a tal grado, que un matrimonio de ellos lo acogió como hijo adoptivo.
La tragedia empezó en 1987 cuando la empresa brasileña Petrobras concesionó una porción selvática, que justamente era el lugar donde se sospechaba que vivían los Tagaeri. La compañía empezó los trabajos en la zona y esta situación hace que el monseñor Alejandro Labaka decida entrar en contacto cuanto antes con ellos. Teme por la vida de esos indígenas tan largamente buscados.
En junio, él y la religiosa Inés Arango pasan varios días conviviendo con otros grupos huaoranis 'para mantener los lazos de amistad'. El 10 y 11 de julio sobrevuelan sobre una casa tagaeri descubierta poco antes, pero no encuentran a nadie. El día 17, después de arrojar unos regalos desde un helicóptero, encuentran a un grupo de ellos. Escribiría Alejandro dos días después: 'Regresamos felices con los primeros signos de buena acogida'.
Esa misma tarde participa en una reunión con altos representantes de Petrobras. No se sabe lo tratado en esa reunión pero sí que el misionero salió preocupado y totalmente decidido a introducirse en el territorio de los Tagaeri. Quizás la compañía petrolera se mostró decidida a entrar inmediatamente en dicho territorio, dispuesta a todo para desalojar a los Tagaeri.
Alejandro Labaka esperaba poder convencerlos de que cambiaran de lugar a fin de evitar que los exterminaran, que fue una práctica usual de las petroleras en el siglo pasado.
Pocos días después, el 21 de julio, desde un helicóptero alquilado y por medio de una cuerda, Alejandro junto a Sor Inés logran descender en un claro del bosque.
El helicóptero debió volver una hora más tarde para ver cómo se desarrollaba el encuentro, pero según versión del piloto, se perdió en la selva y no pudo encontrar nuevamente el lugar. Regresaron al día siguiente. No encontraron a nadie. Sólo alcanzaron a divisar los cuerpos de los dos religiosos clavados en la tierra con lanzas de chonta de tres metros. Un grupo descendió al sitio, donde ya no quedaba rastro de los indígenas. El médico Jorge Garnica Sánchez, director del hospital del pueblo, no olvida ese día:
"El padrecito estaba clavado bocabajo al piso con ocho lanzas y tenía como ochenta orificios. La hermanita era pequeña, una lanza le atravesaba la espalda y tenía el corazón afuera. Le habían metido una lanza por las partes íntimas. Estaba lanceada por todos lados. Era espantoso”.Un rescatista comentó que debió poner su pie en el cuerpo de Sor Inés para poder sacarle una a una las lanzas. Lo mismo hizo con el cadáver de monseñor. Los metieron en bolsas y se los llevaron.
Poco después los huaoranis lograron capturar a un indígena tagaeri, y ésta contó que los jóvenes de la tribu los recibieron y los invitaron a comer, pero cuando los mayores llegaron de cazar ordenaron matarlos, pues los petroleros le habían matado días antes a su líder en un río y pensaron que eran de ellos.
Alejandro quería de verdad a los indígenas, y ese amor fue tan grande como para llevarle a dar la vida por ellos. Siempre fue consciente del peligro que implicaba esta difícil misión.
Monseñor Labaka había advertido muchas veces al Estado de algo que no quisieron escuchar:
'Ecuador debe un respeto a esos pueblos dueños de sus tierras. No se puede entrar ahí sin su autorización. El Estado debe firmar un pacto de paz con los indígenas; aceptarlos como ciudadanos, protegerlos con las leyes, ayudarlos con sus instituciones. No podemos invadir sin autorización, violar sus tierras, arrebatarles sus derechos.'Sus palabras parecían entonces una locura, pero después de su muerte comenzaron a cumplirse.
En la actualidad los huaoranis ocupan más de 600000 hectáreas legalizadas, decretadas por el gobierno como Parque Nacional.
En la década de los 90 hizo su aparición otro grupo de indígenas no contactados, los Taromenane, grupo guerrero hostil que ya se vio envuelto en alguna masacre. Los huaoranis contactados y que conviven en armonía con la cultura occidental, han expresado que todavía hay varios grupos de ellos en estado primitivo, internados en lo profundo de la Amazonia.
Fuentes:
Umbrales, Llacta, El Tiempo, Diario Vasco Leia Mais…
domingo, mayo 16, 2010
The Milkman
Esta es una famosa foto de la Segunda Guerra Mundial captada en 1940 en Londres por Fred Morley. En ella se observa que mientras los bomberos intentan sofocar las ruinas de una ciudad devastada por los bombardeos nazis, un lechero cumple con su entrega diaria.
Quizá esta imagen refleja el espíritu que Wiston Churchill quiso contagiar a cada inglés cuando pronunció su célebre frase:
"No sirve de nada decir que haremos las cosas lo mejor que podamos. Debemos hacer lo que sea necesario."
Fuente: Flickr Leia Mais…
miércoles, mayo 12, 2010
El intruso de Buckingham
Eran las 7:15 am del 9 de julio de 1982. Michael Fagan de 31 años había pasado bebiendo whisky toda la noche anterior y luego se había dedicado a deambular por las oscuras calles de Londres. Hace poco le habían dado de alta de un hospital psiquiátrico en Brixton, a donde había sido enviado luego de cortarse las venas con una botella rota.
Mientras caminaba la neblina se hacía más espesa y oscura, tan sombría como su ánimo. Sólo podía pensar en su mala suerte y en las deudas que tenía. Aparte de estar en la ruina, su mujer le era infiel y tenía muchos problemas con sus hijos. Entonces extrañamente la cabeza se le llenó de voces que le decían que tenía que ir a ver a la Reina y contarle sus penurias, que ella le entendería. Aquellas voces le decían que debía hacerlo.
Michael salió nuevamente el patio y vio un desagüe de 15 m que subía hasta el segundo piso del palacio, por el que pudo escalar sin problemas. Retiró un poco del alambre donde se posan las palomas y entró por una ventana. Ahora se encontraba en la oficina del almirante Sir Peter Ashmore, el encargado de seguridad. En esta habitación tampoco había nadie, por lo que se quitó los zapatos y los calcetines y procedió a explorar descalzo el palacio.
De todas formas esta no era la primera vez que Michael irrumpía en palacio, apenas hace un mes ya había estado por ahí. En esa ocasión entró por una claraboya abierta del techo y deambuló por los pasillos más de media hora. Se dio tiempo para contemplar los cuadros y retratos reales, descansó un momento en el trono y luego se dirigió al salón de banquetes, donde se bebió media botella de vino blanco acompañado de unos bocadillos antes de marcharse.
Ahora, en esta su segunda visita a palacio, Michael Fagan sabía que tenía una misión. Debía imperativamente encontrar a la Reina.
Deambuló por los pasillos buscándola y en el trayecto se lastimó la mano con un cenicero de cristal. Más adelante pudo ver un par de platos para perro en el suelo y supo que la Reina estaría por ahí cerca, ya que Michael sabía que Su Majestad casi siempre se encontraba cerca de su mascota.
Mientras avanzaba hasta se dio el lujo de saludar a una camarera que le respondió con un cordial "buenos días" y pasó de largo, hasta que encontró la habitación de Su Majestad e ingresó.
Isabel II se despertó abruptamente cuando sintió que Michael se sentó a los pies de su cama y no podía salir de su asombro al ver aquel desconocido sosteniendo un cenicero y con la mano ensangrentada. Ella mantuvo la calma, tomó el teléfono y pidió a la operadora que llamara a la policía. La policía nunca llegó. Luego también apretó un botón desde su cómoda para llamar a una camarera, sin embargo nadie apareció.
El guardia armado que siempre vigilaba la entrada a su dormitorio tampoco se encontraba en su sitio esa mañana, ya que minutos antes de que aparezca Michael Fagan había sacado a pasear al perro de Su Majestad.
Mientras tanto Michael estaba en lo suyo, el seguía charlando y contándole a la Reina sus penurias y su mala suerte, mientras ella por supuesto, se hacía la que lo escuchaba. Michael le contó acerca de sus problemas maritales y también le dijo que le parecia una coincidencia que tanto él como la reina tuvieran justamente cuatro hijos. Luego Fagan le pregunto a Su Majestad si entre sus curiosidades tenía un cigarrillo que le obsequiara.
Después de que Isabel II había pasado 10 minutos escuchando a Michael Fagan, una camarera abrió la puerta y pegó un grito asustada al ver aquel extraño sentado en la cama real. Inmediatamente salió corriendo y fue a llamar a un empleado, que en cuanto llegó sometió a la fuerza al enfermo mental.
Cuando la prensa dio a conocer este incidente, toda Inglaterra se indignó con el cuerpo de seguridad de su reina y con el nulo accionar de la policía británica cuando fue solicitada telefónicamente. De hecho, Margaret Tatcher quien fuera la Primer Ministro de aquella época, se disculpó personalmente y ordenó inmediatamente tomar medidas para reforzar la seguridad del Palacio de Buckingham.
Fuentes:
Lisa's History, About Leia Mais…
domingo, mayo 09, 2010
El Club de los 27
Este es un club muy selecto de famosos que está abierto las 24 horas del día, no tiene portero que impida la entrada y tampoco se debe pagar consumo mínimo.
En el siglo pasado se pudo notar una tendencia bastante curiosa, y es que ciertas estrellas o íconos musicales terminaban su vida abruptamente a los 27 años.
Aunque en la industria de la música, y del rock específicamente, el auge y caída de las estrellas es intermitente debido al abuso de drogas y el alcohol; no deja de ser llamativo que muchos cantantes famosos hayan dejado este mundo a esa edad. Más curioso aún es el hecho de que la mayoría de ellos se encontraba en la cima o ya habían conocido la fama.
Los artistas que conforman esta lista son:
Brian Jones de los Rolling Stones, quien encarnaba la verdadera esencia del grupo inglés. En los años 60 fue el miembro más famoso del grupo y con sus extravagancias opacaba fácilmente a Mick Jagger y Keith Richards.
Él era el jefe de la banda, quien los manejaba y quien se quedaba con la mayor parte del dinero, además era quien se alojaba en los mejores hoteles cuando iniciaron sus primeras giras en 1963. Brian Jones siempre abuso de las drogas y el alcohol, y sus excesos públicos hicieron que la policía británica no le quitara los ojos de encima, lo que le costó varios arrestos, unos por escándalos y otros por tenencia ilegal. Esta fue la causa por la que no pudo sacar su visa para los Estados Unidos y no pudo acompañar a la banda en su primera gira por ese país.
El 8 de junio de 1969, Brian fue expulsado de los Rolling Stones y lo sustituyó Mick Taylor, aunque este asunto lo publicitaron como un abandono voluntario. Menos de un mes después de salir de la banda, el 3 de julio, fue encontrado ahogado en la piscina de su casa. Tenía 27 años.
Janis Joplin, de quien se ha hablado mucho acerca de su abuso de las drogas, que bebía litros de Southern Comfort, un fortísimo whisky de cereal, y sobre su adicción al sexo. Lo cierto es cuando le llegó la fama no pudo disfrutar mucho de ella.
Durante las sesiones de grabación del disco “Pearl” en 1970 ya se veía a una Janis demacrada y con una constante resaca, ya que después de acabar las grabaciones por la mañana, por las tardes se dedicaba a consumir drogas y alcohol, todos los días. El productor del disco, Paul Rothchild, era también el productor de los Doors y tan solo un año después vería repetirse la misma historia con Jim Morrison.
El Domingo, 4 de octubre, Janis faltaba a una sesión de grabación y Rothchild preocupado, envió a uno de los miembros de la banda a buscarla. La encontraron muerta junto a la cama con indicios de haber caído inconsciente golpeándose la cabeza con la mesita de noche. La causa oficial, sobredosis de heroína y alcohol.
Del gran Jim Morrison sólo podemos decir que su extravagante comportamiento lo convirtió en el ícono de The Doors. Su ascenso a la fama siguió la trayectoria previsible y terminó igual que los demás. Fue encontrado muerto por su novia en la tina de su apartamento de París, presumiblemente de un infarto. Como no hubo evidencias de algo turbio, no se le practicó la autopsia.
Jimmy Hendrix nació en 1942, y para 1965 ya era considerado uno de los más grandes guitarristas de la historia del Rock. Se podría decir que él sí pudo disfrutar de su fama, ya que su música lo llevó por Europa y por todo los Estados Unidos.
Jimmy era famoso por ingerir explosivos coctel es mezclando alcohol, cocaína, heroína y lo que tenía a mano. Estas mezclas lo ponían especialmente violento, y se registraron agresiones a su novia, al bajista de su banda, así como destrozos en una habitación de hotel en Estocolmo. Hubo ocasiones en las que llegó desmayarse o simplemente abandonaba el escenario incapaz de tocar una nota más. Cuando esto pasaba, solía decir a su público:
"Esto es lo que pasa cuando la tierra se folla a la galaxia..."
Hendrix murió en Londres el 18 de septiembre de 1970, igual en un confuso incidente, pero luego de las investigaciones se dedujo que fue víctima de una sobredosis.
Kurt Cobain nació en 1967 y llegó a convertirse en el representante de la Generación X. En 1992 intentó rehabilitarse en una clínica, pero en 1993 su mujer tuvo que reanimarlo con una inyección de naloxona justo antes de un concierto, debido a una sobredosis. En 1994 ingresó en otro centro de rehabilitación pero el 30 de Marzo se fugó saltando una valla. Cogió un taxi y se subió a un avión camino de Seattle. En Seattle fue visto por diversos puntos de la ciudad pero no regresó junto a su mujer.
Cobain fue encontrado el 8 de Abril, en su casa de Lake Washington, se había descerrajado un tiro con una escopeta y según la versión oficial, llevaba muerto 3 días, junto a una errática carta de suicidio.
Robert Johnson, al que se le podría considerar el fundador del "Club de los 27" ya que fue él quien lo inauguró.
El 13 de octubre de 1938, alguien le ofreció una botella de whisky, al parecer envenenado. Se presume que pudo haber sido el propietario del local en el que se encontraba, como venganza por un asunto de faldas.
Su amigo Sonny Boy Williamson, que estaba con él cuando le pasaron la botella, le advirtió de no beber nunca de una botella abierta porque no sabía lo que podían haber echado. Johnson enfadado le recriminó diciéndole que nunca volviera a quitarle una botella de la mano. Al cabo de un rato salía a la calle gritando de dolor y caía al suelo. Tres días después fallecía a los 27 años.
Kristen Pfaff fue la bajista del grupo Hole, y murió por sobredosis a las pocas semanas del suicidio de Kurt Cobain, de quien era amiga.
Se dice que la muerte de Cobain había dejado muy tocado el ánimo de Kristen pero lo cierto es que había caído en el consumo de heroína algunos años atrás, desde que tocaba en Hole.
El 16 de Junio de 1994, Kristen fue encontrada muerta por una sobredosis, encerrada en el baño de la casa de un amigo donde vivía.
Peter Ham era el vocalista de Badfinger, uno de los grupos lanzados por el sello Apple de los Beatles. Con esa disquera sólo publicaron un disco que se convirtió en todo un éxito tras lanzar un single en 1970 que contenía un tema escrito por Paul McCartney, Come And Get It.
La agrupación decidió cambiar de casa disquera y firmó un contrato con Warner. El manager del grupo había recibido de la Warner $ 100000 como adelanto para el tercer disco, pero se les fue con el dinero.
Peter Ham acaba de comprar una casa y su mujer estaba esperando un hijo. Se suicidó desesperado por las deudas, ahorcándose en el garaje. Tenía 27 años.
Un caso curioso es el de Richey Edwards, quien fue guitarrista de Manic Street Preachers y que desapareció sin dejar rastro en 1995, en Gales, Inglaterra.
Sólo encontraron su coche abandonado, aparcado cerca de una gasolinera, sin batería y con indicios de que alguien había estado viviendo dentro. La gasolinera estaba cerca del puente “Severn” que cuenta con un largo historial de suicidios, por lo que la teoría principal que barajó la policía era que se había tirado desde el.
Tenía 27 años y aunque Edwards había atravesado unos meses en estado de depresión, la familia nunca creyó que se suicidaría y no firmó su defunción hasta el 2008 aunque su cuerpo jamás aparececió.
Otros fallecidos menos famosos con 27 años fueron Pete De Freitas, baterista de los Echo & The Bunnymen, quien murió en un accidente de bicicleta.
Dennes Boon, guitarrista de los Minutemen murió en 1985 cuando la furgoneta en la que viajaba sufrió un accidente.
Nat Jaffe, un músico de blues muy conocido en los estados del sur, murió en 1948 con la presión arterial alta.
Malcolm Hale, miembro de Spanky & Our Gang, murió inhalando monóxido de carbono en su habitación mientras dormía.
Ron McKernan, miembro fundador y tecladista de los Grateful Dead, murió también a los 27 años de una hemorragia cerebral, presumiblemente asociada con el alcoholismo.
No deja de ser curioso que algunos grandes íconos del rock -y otros no tanto- hayan muerto a esa edad. Ahora la pregunta es, ¿algunos de ellos serían tan famosos de no haber muerto tan jóvenes?
* ACTUALIZACIÓN 23 de julio de 2011
Amy Winehouse, nació el 14 de septiembre de 1983. Creció en los suburbios de Southgate, en el norte de Londres, rodeada de una familia judía.Su padre Mitchell era entusiasta del jazz y, aunque trabajaba como taxista, a menudo le cantaba canciones a su hija. Se formó en la Susi Earnshaw Theatre School desde que tenía 8 años. Al cumplir los 10, ya había formado un grupo de rap con una de sus mejores amigas.
Comenzó a escribir música cuando tenía 14 años. Su novio del momento envió una grabación de Winehouse cantando con una banda de jazz al productor de una compañía discográfica. Esto resultó en su primer contrato con el sello Island/Universal.
Winehouse se casó con Fielder-Civil en un viaje secreto a Florida en mayo de 2007, dejando boquiabiertos a sus fans y a su propia familia.
En noviembre de 2007, el caos se desató cuando su esposo fue arrestado y acusado de causar lesiones corporales graves e intentar pervertir el curso de la justicia.
Winehouse fue arrestada y liberada bajo fianza en diciembre de 2007, sin que se presentaran cargos en su contra.Un mes más tarde entró a un centro de rehabilitación, después de que un periódico sensacionalista publicara fotos de una mujer -que supuestamente era Winehouse- fumando crack.
En 2008 realizó una serie de conciertos, pero cada vez se volvió más evidente que su vida privada estaba teniendo un grave efecto en su desempeño artístico. Después de que se le diagnosticara un efisema en etapa preliminar, Winehouse llevó a cabo una meritoria actuación en el concierto que celebraba el 90 aniversario de Nelson Mandela, realizado en junio de 2008. Pero su actuación en Glastonbury unos días más tarde fue descrita por un crítico como "triste" y el interés de los tabloides no se centró en su música, sino en los golpes que supuestamente le dio a un fan. Tras varias apariciones en festivales en 2008, Amy Winehouse tomó un tiempo de descanso.
En 2009, tras ser declarada inocente de agredir a una bailarina de burlesque en un baile de caridad en el centro de Londres, presentó la demanda de divorcio contra quien fuera su marido, Blake Fielder-Civil. Regresó a los escenarios de un pub local de bajo perfil en Londres en octubre de 2010. A principios de este año, fue ingresada para tratamiento en la clínica Priory en el suroeste de Londres.
El mes pasado, canceló su gira europea después de ser abucheada en el primer concierto en Serbia por aparecer "demasiado borracha". Durante 90 minutos, murmuró partes de las canciones e incluso abandonó el escenario.
En su corta carrera Winehouse dio sólo una idea de lo que podría haber sido, antes de que la destruyeran sus propios demonios personales.
Fuentes:
1, 2, 3, 4
* Ahora también puedes seguirme en Twitter: Follow @CSuasnavas
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jueves, mayo 06, 2010
Jack Johnson, la pesadilla de los blancos
Cuando la esclavitud apenas acababa de ser abolida en Norteamérica, en algunos estados del sur todavía se tenía la costumbre de organizar los famosos "battle royal", donde se ponía de cuatro a seis jóvenes negros con los ojos vendados dentro de un cuadrilátero para que peleen entre sí, y el último en quedar en pie era considerado el ganador, a quien premiaban con unas pocas monedas. Fue en este tipo de humillantes peleas donde se curtió Jack Johnson, quien fue el primer campeón mundial de boxeo de raza negra en los Estados Unidos. Su historia es muy singular y está marcada por el racismo, la persecución y la intolerancia que vivía ese país a inicios del siglo pasado.
Volvió a su ciudad natal convertido en un hombre duro, y un día por defender a su hermana de un acosador, propinó tal paliza a ese pobre hombre, que le hizo ganar el respeto de todo el barrio. Se dio cuenta que en Galveston no tenía más futuro que ser mozo de establo así que decidió aprovechar su talento y convertirse en boxeador.
Al poco tiempo estuvo participando otra vez en los battle royal para poder sobrevivir, hasta que en 1897 se le presentó la oportunidad de debutar profesionalmente contra Joe Choynsky, boxeador veterano a punto de retirarse, pero con suficiente experiencia como para derrotar al novato en el tercer asalto. Al final de la pelea ambos boxeadores fueron apresados por los Rangers de Texas, debido a que ese estado tenía una ley anti boxeo. En la cárcel, Choynsky le enseñó algunos secretos de este deporte a Johnson, los cuales le serían muy útiles en el futuro.
A inicios del siglo XX Johnson se encontraba entre los mejores boxeadores de su categoría, pero nunca un boxeador negro había disputado el título de los pesos pesados, es más, las diferencias raciales todavía eran tan marcadas, que estaba fresco el recuerdo del último campeón, John Sullivan cuando se negó a pelear con un retador negro diciendo: "nunca boxearé con un negro, nunca lo he hecho y nunca lo haré", y el campeón de aquella época, Jim Jeffries, esgrimió el mismo argumento de Sullivan para rechazar a Johnson.
Tras retirarse Jeffries, Marvin Hart ganó el título vacante y lo perdió en 1906 ante el canadiense Tommy Burns, Jack Johnson no lo pensó dos veces y decidió provocarlo.
Tommy Burns defendió su corona en varios países y nuestro protagonista lo fue siguiendo por todo el mundo, peleando en los mismos lugares donde el canadiense defendía su título. Lo siguió por Irlanda, Francia y Australia, sentándose en primera fila para hacerse notar y que le diese una oportunidad. Sería en Australia, después de defender su título en Sídney, donde Burns anunció que le daría una oportunidad a Johnson pero con dos condiciones: el cobraría $ 35000 mientras que Johnson sólo $ 5000, y su propio manager sería el árbitro. Finalmente, para que se vea más legal y asista mucho público, decidió cambiarse de árbitro. Johnson aceptó porque estaba convencido de que podía ganarle.
El promotor construyó un recinto con gradas de madera en Sídney. El combate tuvo lugar el 26 de diciembre de 1908 y Johnson lo ganó con mucha claridad. Mientras golpeaba al canadiense lo humillaba diciéndole: “Vamos Tommy ¿no sabes golpear más fuerte?”, mientras el rostro del campeón estaba bañado en sangre. Por fin, con un potente cruzado de derecha, el canadiense cayó en el 14º asalto. Era tan fuerte la humillación que estaba recibiendo el púgil blanco que la policía de Sídney ordenó a quienes rodaban la pelea, que parasen la filmación para que no queden registros del bochorno. De esta forma Jack Johnson se convertía en el primer Campeón Mundial de raza negra en la categoría de los pesados.
El carácter de Johnson era bastante particular, y a su regreso a los Estados Unidos comenzó a hacer cosas que llamaban la atención y que irritaban a los blancos racistas de ese entonces.
Era muy arrogante en las entrevistas y cuando los periodistas blancos lo visitaban en el gimnasio donde entrenaba, le gustaba presumir delante de ellos, se envolvía el pene en gasa y se ponía un calzón muy ceñido. No tenía reparos en decir que solo le gustaban las mujeres blancas y para colmo, tenía un auto en el cual conducía a gran velocidad por las carreteras, lo que dio lugar a que los muchos racistas de ese entonces dijeran que "era un negro que se comportaba como blanco". A toda costa querían buscar un boxeador caucásico que se convirtiera en la esperanza blanca para arrebatarle el título.
El primero que lo intentó fue Stanley Ketchel, que era el campeón mundial de peso medio, y que estaba considerado uno de los mejores de la historia. Tanto el uno como el otro tenían fama de mujeriegos, pero Johnson no sólo que frecuentaba mujeres blancas, sino que para entonces ya había estado casado con dos de ellas.
El combate fue en California el 16 de octubre de 1909 y los aficionados blancos creían que el aspirante podría derrotar a Johnson. No fue así, pues la pelea fue demasiado fácil para el púgil negro, que no golpeaba a fondo a su rival porque quería hacerlo ver ridículo, hasta que en el 12º asalto le lanzó un derechazo a la mandíbula que lo tumbó a la lona. El golpe fue tan fuerte que algunos dientes de Ketchel quedaron en la lona y pueden verse en la cinta que recoge la pelea.
Los blancos estaban desesperados por conseguir un boxeador que pudiera derrotar a ese "negro insolente y advenedizo" que seguía siendo campeón mundial y que ahora se había casado con una tercera mujer blanca.
Aparte de su color, la conducta de Johnson en aquella época era escandalosa, el periodismo clamaba porque apareciera un boxeador blanco que le quitara la corona, y esto llegó a agitar a los aficionados. Hubo mucha presión popular para que el ex campeón blanco Jim Jeffries -quien durante su reinado le negó la oportunidad a Johnson por ser negro- volviera a pelear. Hasta el Senado de Washington hizo una petición para que Jeffries volviese a los cuadriláteros y pueda arrebatarle el título a Johnson.
La popular Collier's Magazine declaraba que la superioridad de Jeffries era aplastante al lado de la de Johnson, a fin de cuentas:
“El hombre blanco tiene detrás 30 siglos de tradición: todos los esfuerzos supremos, los inventos y las conquistas, Bunker Hill y las Termópilas, Hastings y Aghcourt”.La América blanca estaba tan convencida y necesitada del triunfo del rival blanco que hubo artistas que compusieron canciones alabando a Jeffries y menospreciando al campeón.
Pero el púgil blanco no quería pelear con Johnson, llevaba seis años alejado de los cuadriláteros de donde se había retirado como campeón invicto. Los promotores de boxeo más importantes se reunieron con los dos púgiles en un hotel de Nueva York y les llevaron $ 100000 para convencerlos. Al final quedó pacta a la pelea para el 4 de julio de 1910 a realizarse en Nevada, luego de que varios estados se negaron por temor a los disturbios raciales. Fue llamada "La pelea del siglo".
El día de la pelea hubo tumultos y manifestaciones, grupos religiosos y de extrema derecha pedían con pancartas la prohibición del boxeo, cuando nunca antes se habían quejado hasta que pareció un negro.
Antes de ingresar al recinto, el público era registrado para requisarles armas, y de hecho muchas fueron confiscadas en el guardarropa. Al subir Johnson al cuadrilátero, la gente empezó a gritar “¡Muerte al negro, muerte al negro...!”, y la orquesta, que debía tocar el himno nacional, interpretó en su lugar: “All coons look alike to me”.
Las apuestas estaban diez a seis a favor del blanco, que incluso tenía al último campeón mundial de los pesos pesados sin guantes, John L. Sullivan, para que trabajara en su esquina del ring.
Johnson dominó todo el combate y el retador blanco fue un autentico pelele en manos del boxeador afroamericano que no paraba de golpearlo, mientras los 16000 espectadores pedían al árbitro que parase la pelea, hasta que en 15º asalto un gancho de izquierda obligó a la esquina de Jeffries a tirar la toalla. Johnson vencía a por KO técnico mientras su contrincante se agarraba a una de las cuerdas para intentar levantarse.
En todo el país estallaron disturbios raciales y hubo motines callejeros en diferentes estados. Hasta el asesinato de Martín Luther King en 1968 no hubo tal rebrote de violencia racial, y en algunos estados se llegaron a prohibir las películas con los combates del campeón negro.
Después de cientos de heridos, personas arrestadas y algunos muertos que hubo tras la victoria de Johnson, se inició una campaña de acoso contra el campeón. Fue arrestado e interrogado en numerosas ocasiones por vulnerar la 'ley Mann' sobre el tráfico de mujeres. Dicha ley impedía a un hombre llevarse una mujer a otro estado con propósitos inmorales, y prohibía viajar con alguna mujer a no ser que estuvieras casado con ella. También hubo quien le acusó de tener relaciones con menores de edad. Su nueva esposa no pudo aguantar la presión y acabó suicidándose.
Jack Johnson estuvo dos años sin poder defender el título porque ningún estado se lo permitió por miedo a que se volvieran a ver más disturbios. La cosa cambió cuando un grupo de empresarios de Las Vegas -que entonces no era más que un pueblo ganadero de Nevada- le hizo una oferta para que defendiera su corona contra Jim Flynn, apodado “Fogonero” por su antiguo oficio. Johnson que acababa de abrir un club nocturno en Chicago y necesitaba dinero, no lo pensó dos veces y aceptó la oferta de 30000 dólares.
El enfrentamiento fue el 4 de julio de 1912, y un día antes, Johnson recibió un telegrama del Ku Klux Klan diciéndole que si no se dejaba ganar lo colgarían. Johnson no hizo ningún caso a las amenazas del Klan y ganó sin problemas a Flynn.
Para ese entonces, Johnson tenía una nueva novia de raza blanca llamada Lucille Cameron, cuya madre acusó al boxeador de secuestro. Antes de que la policía lo arreste, contrajeron matrimonio, pero la acusación consiguió que una ex novia -blanca por supuesto-, motivada por los celos declarara contra él, aplicando la 'ley Mann'. Johnson fue declarado culpable y condenado a un año de cárcel y a pagar una multa de $ 1000. Antes de que lo apresen Jack decidió huir junto a su nueva esposa a Europa, haciéndose pasar por un jugador de béisbol de la liga negra que salía de gira.
En Europa realizó algunas presentaciones de exhibición en Londres y París, y también defendió su título contra el boxeador negro Jim Johnson, siendo esta la primera vez que dos púgiles de color competían por la corona. Jack conservó el título y seguía convirtiéndose en una leyenda.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial decidió dejar Europa y se fue para la Argentina donde siguió ofreciendo peleas de exhibición por las que le pagaban muy bien.
En 1915 se recibió una oferta muy tentadora por parte del promotor Jack Curley, quien le ofrecía un trato con la justicia para que Johnson pudiera volver a los Estados Unidos sin ir a la cárcel, pero tenía que dejarse ganar para que hubiese un campeón de raza blanca. Jack aceptó el trato sólo porque quería volver a su país para visitar a su anciana madre, a quien siempre estuvo muy ligado.
La pelea se llevó a cabo el 5 de abril de 1915 en La Habana, Cuba contra Jess Willard, y el trato era que Johnson debía dejarse ganar en el 10º asalto después de que le hubieran pagado a su esposa, quien le haría una señal luego de haber recibido el dinero, pero el combate se alargó durante 25 asaltos, que fue cuando recibió la señal de su esposa, porque esperaron recaudar toda la taquilla antes de pagarle. Por primera vez Johnson perdía el título máximo del boxeo, pero ya sabemos cual fue el motivo.
Lastimosamente después se enteró que todo fue una farsa del promotor boxístico, y que nunca había hecho un trato con la justicia de su país, al que no pudo volver, por lo que decidió regresar a Europa.
Paseó toda su fama y calidad por los cuadriláteros de Inglaterra y España, donde hasta llegó a protagonizar una película representándose a sí mismo. Luego regresó a América, a México donde se puso un bar y finalmente decidió volver a su país para saldar su cuenta con la justicia y acabó cumpliendo una condena de nueve meses en la prisión de Leavenworth en 1921. Cuando Jack salió de la cárcel siguió boxeando, pero ya no en la élite porque nunca más le dieron oportunidad de disputar el título.
De hecho, después de que Johnson se dejó ganar y perdió el título, no se le volvió a dar oportunidad a ningún boxeador negro de pelear por la corona hasta 1937, en que permitieron pelear a Joe Luis con Jim Braddok, y nuevamente comenzó el dominio de los púgiles negros hasta nuestros días, salvo un breve paréntesis de Rocky Marciano.
Es increíble ver ahora, hasta qué punto llegaba el racismo en aquella época. Por ejemplo, antes de concederle una pelea por el título a Joe Luis, le hicieron firmar un documento con ciertas cláusulas a las que se comprometía el caso de llegar a ser campeón:
1º - No permitir jamás que le fotografíen junto a una mujer blanca
2º - No ir nunca solo a los clubes nocturnos
3º - No adoptar posturas arrogantes ante un rival blanco, ni hablar despectivamente de él antes o después del combate
4º - Mantener una actitud pasiva ante las cámaras
5º - Debía llevar una vida ordenada
Jack Johnson murió el 10 de junio de 1946 en un lamentable accidente de tránsito cuando tenía 68 años de edad. Fue el único campeón de los pesos pesados que no fue recibido en la Casa Blanca como era la costumbre.
Como última curiosidad de Johnson, les cuento que mientras cumplía su condena en la cárcel patentó la llave inglesa; ideó esta herramienta cuando ayudaba en el mantenimiento de tuberías en la prisión.
Fuentes:
History Confidential, Towanda, Exapamicron, Moonstomper Leia Mais…
lunes, mayo 03, 2010
Visión futurista del año 2000
Ya a inicios del siglo pasado tenían una idea de cómo iban a evolucionar los carros de combate y los tanques de guerra.
Biblioteca Nacional de Francia
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