sábado, agosto 07, 2010

El paracaidista nazi que fue ídolo en Inglaterra

Sin lugar a dudas la Segunda Guerra Mundial es la mayor fuente de historias contemporáneas de valentía y heroísmo. Muchas de ellas son bastante curiosas, y a pesar de haber sido escritas con el dolor y la sangre de los pueblos europeos, han quedado como testimonio de lo que es capaz el ser humano. Hace poco encontré una historia donde se mezclan la ironía, el patriotismo y el deporte, haciendo de esta, una de las más atractivas que he leído.

Bernhard Trautmann era un joven alemán que había nacido en Bremen en 1923. Desde su juventud fue seducido -como tantos miles de jóvenes alemanes- por el discurso nacionalsocialista de Adolf Hitler, y a temprana edad pasó a formar parte de las Juventudes Hitlerianas. Cuando inició la guerra no dudó en alistarse en la Luftwaffe, ya que quería luchar por su país en lo que consideraba que era una causa justa. Fue enviado a la recién invadida Polonia, donde se desempeñó como operador de radio.

Desfile de las Juventudes Hitlerianas

Más tarde fue reubicado como paracaidista en el frente del Este, debiendo combatir contra el ejército soviético, experiencia de la cual regresó y fue condecorado con la Cruz de Hierro por sus méritos en el campo de batalla. También fue sobreviviente de los bombardeos aliados a la ciudad alemana de Kleve, donde fue tomado prisionero por dos soldados norteamericanos, de los cuales logró fugarse milagrosamente. Poco después volvió a ser tomado prisionero, pero esta vez por un pelotón británico, y fue trasladado a un campo de prisioneros en Bélgica.

Luego de algún tiempo en aquellas barracas, Trautmann fue transferido a otro campo de prisioneros en Marbury Hall, Inglaterra. En esta nueva prisión eventualmente y para paliar el aburrimiento, solían disputarse pequeños partidos de fútbol entre los soldados británicos y el grupo de prisioneros, y fue ahí precisamente donde Trautmann empezó a destacar, ya que las Juventudes Hitlerianas se había dedicado a practicar varios deportes en un muy alto nivel.

Campo de prisioneros de Marbury Hall durante la Segunda Guerra Mundial

Cuando la guerra finalizó, Bernhard Trautmann declinó la oferta de ser deportado a Alemania. Sabía que su país estaba en ruinas y decidió quedarse en Inglaterra para comenzar una nueva vida. Se ganaba la vida trabajando en lo que encontraba, muchas veces en granjas, otras en fábricas, y cuando disponía de algún tiempo libre, se dedicaba a practicar el deporte que le apasionaba, el fútbol. Es de esta manera que Trautmann logró enrolarse en un muy modesto club amateur llamado St. Helens Town de las cercanías de Wigan. Su estatura y agilidad como portero, hicieron que pese a lo pequeño que era su nuevo club, varios equipos de renombre se fijaran en él.

Tuvo la suerte de firmar su primer contrato profesional con el Manchester City para la temporada de 1949/50, pero esto no fue del agrado de la prensa ni de los aficionados, ya que llevaba el estigma de su pasado como soldado nazi. La afición no podía olvidar que sus casas y ciudades fueron cruelmente bombardeadas por la Luftwaffe, en la que el propio Trautmann había servido. No olvidaban que fue parte del ejército que había infringido el mayor ataque que había sufrido su país en toda su historia y los hinchas acudían a los entrenamientos con pancartas que decían: "Fuera el alemán".

Pese a todo esto, con la prensa y sus propios aficionados en contra, Trautmann decidió seguir adelante y demostrar de lo que era capaz. Su gran nivel como arquero y sus milagrosas atajadas, hicieron que los fanáticos comenzaran a olvidar su pasado. Ya no lo veían como aquel prisionero de guerra alemán, sino como el gran portero que logró salvar muchos partidos para el club de sus amores. Prácticamente se ganó a pulso a la afición del Manchester City, y sólo las hinchadas rivales le recordaban su pasado nazi desde las tribunas, desde donde lo insultaban cuando jugaba de visitante.


Y precisamente jugando de visita fue que Trautmann empezó a convertirse en mito. En enero de 1950 el Manchester City visitó Londres para jugar contra el Fulham, ésta era la primera vez que el portero alemán visitaba la capital desde su llegada a Inglaterra. Su equipo, el City, atravesaba una mala racha y el favorito para ganar por goleada era el equipo local, pero fue en este partido donde la figura de Trautmann emergió colosal haciendo caso omiso de los constantes insultos desde los graderíos. Esa tarde sus grandes atajadas lo convirtieron en héroe del equipo -que ganó 1-0-, y tras el pitazo final, los futbolistas del equipo rival le tributaron una merecida ovación al arquero, que poco a poco se fue contagiando por los graderíos del Craven Cottage. Acababa de nacer el mito.



Diez años después de su llegada al equipo, Trautmann vivió una experiencia que lo convirtió en leyenda entre los seguidores del Manchester City. Se jugaba la final del campeonato del año 56 contra el Birmingham, y en un pasaje del mismo, para evitar que le marquen un gol, salió a cortar el avance de un futbolista contrario, pero la rodilla de éste, chocó violentamente contra el cuello del arquero alemán, que quedó tendido en el piso.

Momento de la lesión

El dolor debió ser terrible, pero aún así, ajeno al sufrimiento, Trautmann se incorporó y poniendo en peligro su propia vida volvió a la portería para jugar los últimos 17 minutos del partido, en el que se consagraron campeones. Poco después se supo que tenía cinco vértebras dislocadas y una de ellas partida en dos. La gravísima lesión lo alejó de las canchas durante un año.

Bert Trautmann llegó a jugar un total de 545 partidos durante 15 temporadas en la Football League, convirtiéndose así en un ícono de la hinchada del Manchester City.

Escultura de Bert Trautmann en el Museo de Manchester

En el 2005 ingresó al Salón de la Fama del Fútbol inglés, siendo uno de los ocho futbolistas "no británicos" que han conseguido tan alta distinción.
Desde 1990 Bert Trautmann reside en España, en un pueblo costero de Castellón.

Fuentes e imágenes:
1, 2, 3, 4, 5, 6

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4 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Que historia la de hoy Carlos!!!
A fuerza de tesón y sufrimiento este hombre se redimió de su pasado.

Me ha gustado mucho.

Saludos.

JuanK dijo...

Interesante historia...
Bert Trautmann !!! no sabía ni quien era...Gracias por el dato.

Un abrazo y muchos besos

Poetizando...Al otro lado del deseo

esteban lob dijo...

El fútbol y sus héroes son capaces de las proezas más increíbles, por sobre desencuentros y errores.

GABU dijo...

Me gusta mucho cuando en tus relatos logràs demostrar que no todos los horrores concluyen por devorar al hombre!!

P.D.:En este caso BERT,pudo REinventarse a sì mismo...

MIS BESITOS DULCE CABALLERO :)

 
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