miércoles, julio 21, 2010

La masacre de Colina de la Hamburguesa

La batalla de Hamburger Hill -Colina de la Hamburguesa- fue quizá la masacre más inútil que sufrieron los estadounidenses en la Guerra de Vietnam.

Los soldados norteamericanos bautizaron como "Hamburger Hill" a un monte que en sus mapas figuraba como Colina 937, justamente porque se asemejaba a un hamburguesa. Era un pico abrupto y de bosque denso, cubierto de vegetación verde y cañas de bambú. Los vietnamitas conocían a esa montaña como Dong Ap Bia.

Colina 937, más conocida como Hamburguer Hill

El 11 de mayo de 1969 el 3er batallón de la 101ª División informó de la presencia de tropas norvietnamitas en aquella colina y el alto mando ordenó que dicha posición fuera tomada inmediatamente a "cualquier precio".

Decididos a desalojar al enemigo, los norteamericanos iniciaron un ataque aéreo con bombas de napalm y granadas sobre las posiciones del ejército norvietnamita. Fue tan intenso el bombardeo que pensaron que habían destrozado a sus enemigos y que podrían avanzar tranquilamente por las laderas de la colina. Lastimosamente se equivocaron y el 12 de mayo fueron recibidos con fuego de metralletas, granadas y minas instaladas en los árboles. Fue una verdadera carnicería y los pocos que lograron retroceder y evacuar, no podían llevarse a los heridos porque el fuego les caía por todos lados. Enseguida se pidió más apoyo aéreo y la aviación arremetió nuevamente con furia sobre las posiciones norvietnamitas durante el resto del día. La pesadilla apenas comenzaba.


Lo que no sabían los americanos era que sus enemigos habían construido muchas trincheras subterráneas, escondidas bajo la densa vegetación y las habían colocado a lo largo de todo el acceso a la colina dispuestas de tal modo que sus fuegos convergían y se cruzaban, logrando de esta forma cubrir todos los accesos.

El 13 de mayo recibieron apoyo de otra compañía, que junto a los soldados que quedaban tenían la tajante orden de llegar a la cima. Apenas pudieron avanzar unos cientos de metros, cuando otra vez fueron recibidos con cohetes y fuego de artillería, lo que les ocasionó 37 bajas.


Los altos mandos empecinados en tomar aquella montaña, enviaron dos compañías más para que tratasen de tomar la cima por separado, y nuevamente recibieron fuego norvietnamita por lo que tuvieron que retirarse precipitadamente. El 15 de mayo por la mañana llegó otra brigada americana de apoyo junto a otro regimiento aliado de Vietnam del Sur. Los comandantes obligaron a la tropa a avanzar nuevamente, pero fue una decisión equivocada, ya que la noche anterior los vietcongs habían colocado minas en todo el terreno. De todas formas los soldados no podían desobedecer las órdenes y avanzaron, pero esta fue una marcha muy lenta y con muchas bajas.

Cuando por fin pudieron divisar la cima de la colina, los pocos soldados sobrevivientes pensaron que tomándola podían asegurarse la victoria, pero ocurrió un desastre mayor. Un helicóptero cañonero norteamericano que se encontraba bombardeando posiciones enemigas, atacó por error a sus soldados que estaban distribuidos por la ladera de la Colina.


Según testimonios de los sobrevivientes, había cuerpos por todas partes y los mutilados gritaban de dolor en el suelo. Después de toda la pesadilla que habían tenido que soportar los últimos cinco días, un despistado piloto había hecho fracasar la misión. Para colmo, unas horas más tarde, hasta el propio cuartel general del batallón fue alcanzado por los cohetes del enemigo.


El 17 de mayo fue un día de descanso. Se mantuvo un bombardeo de gas lacrimógeno -36 horas- sobre las trincheras del enemigo y se suministró a la tropa chalecos antibalas superpesados. Además de ser prácticamente imposible llevarlos puestos con aquel calor infernal, habían llegado con una semana de retraso.

Prácticamente se había cumplido una semana desde que los americanos intentaron tomar la Colina, cada día habían enviado más tropas, más armamento y no habían conseguido nada. El 18 de mayo intentaron nuevamente subir las laderas, lograron atacar las posiciones norvietnamitas, y cuando estaban ya cerca de la cima se desató una repentina tormenta sobre la Colina, la visibilidad era nula, y lo peor era que otra vez estaban recibiendo apoyo aéreo, pero sin visibilidad quienes más peligro que corrían eran ellos mismos. Nuevamente ordenaron la retirada.


La insensatez y obsesión del alto mando por tomar la colina, sumada a la baja moral de la debilitada tropa, comenzó a provocar actitudes rebeldes y desobediencia entre los pocos soldados que quedaban. Dentro de ese caldeado ambiente, el 20 de mayo nuevamente se organizó un ataque combinado de los cuatro batallones para tratar de subir a la montaña. El enfrentamiento prácticamente fue hombre a hombre, de trinchera en trinchera, hasta que por fin lograron hacerse de la cima.


El costo de aquella operación fue de casi 100 soldados muertos y más de 400 heridos. Cuando la Colina 937 estuvo bajo su control, el alto mando dio una extraña orden: "Que registren y destruyan las trincheras enemigas y que luego de eso abandonen el lugar, que se retiraran..."

En un trozo de cartón, clavado a un árbol junto con un pañuelo negro de la 101ª división, un soldado desconocido dejó escrito un mensaje: "¿Todo esto valió la pena?"


La terquedad de algunos generales, que fue la causante de la masacre de "Hamburger Hill", generó un fuerte debate en la sociedad civil y logró que el Congreso de los Estados Unidos criticara fuertemente a la cúpula militar. A raíz de esta batalla cambió la estrategia de los americanos en Vietnam, ya que poco después el Presidente Richard Nixon anunció el retiro de las tropas.

Fuentes e imágenes:
1, 2, 3, 4

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Dijo Herbert Marshall McLuhan:
La televisión rompió el confort de los cuartos de estar con la brutalidad de la guerra. Vietnam se perdió en ellos, no en los campos de batalla.

A final de cuentas muchos de los soldados no sabían exactaente ni porque luchaban...

Besos Carlos!

Gabiprog dijo...

Que analisis psicologico darían esos altos mandos...

TORO SALVAJE dijo...

Si hubieran fusilado un par de generales por este desastre la próxima vez lo pensarían mejor.

Saludos.

GABU dijo...

Si bien las guerras carecen de raciocinio alguno,la terquedad de algunos hombres hacen que toda la parafernalia sea todavìa màs absurda!!

P.D.:Lo que me fascina (?) de quienes dan algunas òrdenes necias,es que justamente de ponerle pecho a las balas,ni hablar... ¬¬

BESOTES PARA EL CABALLERO DE ESTE BLOGO =)

esteban lob dijo...

Hola Carlos:
Hay ordenes desatinadas de muchos jefes que no traen consecuencias mayores, pero quienes dirigen tropas en las guerras, debieran tener una gran dosis de criterio y otra de humanidad. En este espantoso caso, ambas brillaron por ausencia.

Un abrazo.

pepe amores dijo...

el hombre es el único animal racional

Héctor dijo...

Excelente reseña, de las más absurdas batallas libradas en la historia de la humanidad. Y seguramente la más absurda de las guerras.

Héctor dijo...

Escelente reseña de la más absurda de las batallas de la más absurda de las guerras, aunque ninguna guerra tiene sentido.

 
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